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Somniloquios

La leyenda de los Héroes

La leyenda de los Héroes

Anoche, subida en el viento, la voz de Enrique Bunbury bajaba inflamada por las calles de la ciudad y llegaba nítida hasta la Avenida Goya, sobrevolándola, planeando más allá, camino de la Puerta del Carmen. No es una metáfora. Era cierto. Era el cierzo, que la traía de sur a norte, de La Romareda hacia el centro, apoderándose de la ciudad de un modo, repito, metafórico. Yo nunca fui un gran seguidor de los Héroes del Silencio; yo fui un coetáneo que en aquellos días igual se encontraba por los bares de la zona -en algunas tardes muy largas- a Enrique Bunbury o al Príncipe Felipe. Recuerdo a Bunbury en un bar del que no recuerdo ni el nombre. Subida en el viento, anoche su voz se imponía en oleadas. Sólo vi a los Héroes una vez en concierto, y aún no eran los Héroes tal y como los conocimos después. Eran un grupo emergente, sí, pero no los Héroes de la leyenda que ahora todo el mundo da por hecha, sabida y vivida. Y si recuerdo aquella noche, que era también una noche del Pilar de mediados de los años ochenta, es por la imagen y no por la música. La imagen no se me ha borrado nunca y nunca he sabido por qué: Bunbury muy joven, en un escenario en Independencia, con su melena entre rubia y caoba. acumulada sobre un lado de la cabeza muy al modo de los ochenta, pero suspendida en el azote del viento; y él cruzando la marea del cierzo con una voz grave que aún no tenía esa grandilocuencia en la dicción que tanto me molestaría después, que penetraba la noche sin ninguna dificultad, y ahí quedaba suspendida. Tampoco estaba el exceso escenográfico que es la marca del personaje, no sé si de la persona y no me importa. La exactitud teatral de los movimientos, las poses, el engolamiento muy singular y muy estudiado. Ignoro por qué nada de esto me gustaba y ahora me gusta.

Yo nunca fui un gran seguidor de los Héroes. Prefiero decirlo porque es la verdad. Me gustó su primer disco (que compré y aún tengo amontonado, supongo, en algún sitio) y luego empecé a desechar su evolución. Cuanto más famosos les hacía su lado oscuro, cuanto más se ensuciaban las guitarras, menos me interesaban a mí. Hasta que dejaron de hacerlo por completo. Yo quería entonces más pop y mi lado oscuro tenía otras formas, expresas en fondos igual de negros pero de lados más nítidos. A la vuelta de mi año en Engerland (por cierto que los Héroes tocaron ese verano en Londres y yo no los vi...) fui a admirar y escuchar a Gene en la sala En Bruto. Entonces Gene (¿alguien recuerda a Gene?... supongo que sí) acababan de aparecer y, aunque serían efímeros, eran fantásticos y se nos parecían algo a los Smiths, y puede que eso fuera suficiente; pero además hicieron un par de discos estupendos y soñadores y nostálgicos, llenos de ese pop íntimo y universal de los oscuros lúcidos. Luego se desvanecieron lentamente, como una canción o un viaje. Mientras aguardábamos su salida al escenario, pusieron Avalancha en los altavoces, un rato largo, Iberia Sumergida y todo eso. Rick se acordará bien, que estaba a mi lado. Con sinceridad, los Héroes en esos días me resultaban cargantes o aburridos. El modo de cantar de Bunbury me agotaba. Y sin embargo...

...sin embargo mañana estaré en el concierto. Creo que se debe, más que nada, a Bunbury. A sus discos en solitario, que me fueron ganando de unos años a esta parte, muy poco a poco y de modo por completo inesperado para mí. No está mal redimirse (si queremos interpretarlo así) en la comprensión o el aprendizaje de otras formas. Ensanchar los límites por dentro. Los discos de Bunbury (sobre todo Flamingos y aún más El viaje a ninguna parte) obraron un efecto inverso: aproximarme primero a él y luego otra vez a los Héroes. En estos tiempos en que tener un disco no cuesta nada, sólo el sosegante trabajo de escucharlo, he ido acumulando algunos álbumes de entonces de los Héroes, que no oigo demasiado pero oigo a veces, cuando siento que necesito agitar o combatir algunas nostalgias de entonces o de ahora. Sigo prefiriendo los primeros años, de canciones y acordes más planos, y aquella imagen del cantante joven subido en el viento a mediados de los ochenta. Eso sí me gusta y me gusta recordarlo. Puede que lo que busque sea la imagen ideal de aquellos días en que ellos y nosotros éramos casi igual de adolescentes. O puede que yo me haya puesto oscuro hasta encontrarme con sonidos que entonces no me interesaron. Ha ocurrido con otros grupos y otras músicas. Yo nunca fui un gran seguidor de los Héroes, voy a decirlo por última vez, pero ahora pienso que tal vez sólo nos cruzamos en un tiempo equivocado que hoy admite matices. Eso pasa. Con hechos y con personas. También con la música. Me alegro de que hayan vuelto. Por toda la gente que sí los quiso en su momento. Especialmente por César Láinez, que fue y es uno de ellos. Y porque en el fondo siento que todo debería volver, un poco.

11 comentarios

carlos -

eres el mejor bunbury te keremos
mucho en la republica dominicana.att.carlos manuel

Mornat -

¿Es a mí o a Bunbury? No será a mí...

lady -

ERES EL MEJOR

Mornat -

La capacidad de la música para la evocación está fuera de toda duda, y queda multiplicada por grupos como los Héroes o ciudadanos vecinos como Mauricio Aznar. Por eso siempre me fascinó pensar cómo debió ser haber vivido en Liverpool en los años 60 o en Manchester en los 80, ser joven mientras todos aquellos héroes populares eran jóvenes. Creo que en esos casos el amor por la música (y por ellos) ya no te lo sacas nunca de dentro. Aunque no te gustasen en su día...

Cristina -

Yo tb disfruté del concierto, pero cuando tocaron Apuesta por el Rock´n Roll, eso si fueron recuerdos... Que grande era Mauricio!!!! No desprecio a Heroes, pero por el camino se quedó Mauricio, y mucha gente ya no puede disfrutar de sus canciones.
Me alegro por todos los componentes de Heroes, se lo merecen, aunque eche en falta alguna mención a Alan Boguslavski o incluso una invitación a tocar con ellos en Méjico DF (es un mal detalle, no me quiero imaginar por parte de quién).

Jesús -

Sí que estuvo genial el concierto de Héroes.El viernes me vinieron muchos recuerdos al volver a escuchar canciones como Fuentesperanza o agosto.Fue la apoteosis el reencontrarse con estos chicos de la tierra que tan lejos han llegado y han triunfado como U2 o los Stones allí don han tocado.y me emocioné y grité con Apuesta por el Rock´n roll ese temazo de Más birras que tanto sentimos en el corazón cuando lo escuchamos.Los ojos me empiezan ahora a brillar porque recuerdo los momentos en que Mauricio estaba vivo e interpretaba sus canciones.Ya fuera Rock´n roll,blues,zamba,chacarena.Grande Mauricio,cuando me enteré que falleciste me dolió mucho porque supe que se había ido un gran cantor,el cantante que alegraba las fiestas del Pilar y los conciertos de los birras.Ahora ya nada es igual porque si hubo un grupo representativo del rochk aragonés fueron Más birras.Esta mañanahe visto al bajista,Miguel a Mariano lo veo cuando voy al audiditorio Eduardo del Pueyo y a Victor creo que tenía que ver con el páramo ,el garito de la zona del central,bar que ha citado Per y que fue uno de los clásicos de los 80.A los Héroes aunque fueron luego un grupo de rock,sus inicioos más melódicos les situaban en la onda más a lo Echo&the bunnymen o the Smiths.En fin volviendo al concierto entusiasmo y fervor y ver todo el estadio oscurecido y con los mecheros y móviles encendidos mientras cantaba Enrique La chispa adecuada fue estremecedor.

Mornat -

Bueno... lo concreto de esos recuerdos -apenas apuntados por mí- merecería que el comentario de Per le hiciera de apéndice al Somniloquio que yo escribí. A car that sped... sí señor. Y todo lo demás lo suscribo igual. ¿Hubiera sido posible que no quisiéramos a un tipo que ha terminado siendo amigo, y colaborador, de Calamaro, Jaime Urrutia, Nacho Vegas o Loquillo? Sinceramente, me parece imposible. Agrego que Bunbury me emocionó en un par de canciones en el concierto del viernes. Y que 'Maldito Duende' la canté con el estómago, que me reventaba, y las mandíbulas apretadas. Joder. A car that sped... Aquella mañana en la Virgin de Picadilly Circus. Tú compraste Gene y yo compré The Bends, de Radiohead. ¡¡¡¡Grande Per!!!!

Per -

Casi diría que pusieron el disco entero un par de veces...por lo menos. Qué poco me gustaban aquellos Héroes, pero cuántos recuerdos traen de ese binomio glorioso de bares Central-Amaranta. Sobre todo, la época de "Héroe de leyenda", con unas guitarras que siempre me sonaron Smiths, qué herejía. Los quería odiar, pero eran la banda sonora de aquellos días...y sonaban esas guitarras. ¿Y cuando decíamos que Bunbury iba a acabar haciendo copla? Pues más o menos lo ha hecho. Y empezamos a quererle. Por cabezota y porque ya lo debíamos querer desde los primeros días, pero no lo sabíamos. Y Gene, adorables Gene, ese autógrafo en la entrada firmado en medio de la calle Alfonso... El primer disco, comprado en Londres. El último, traído desde Londres, una década después. A car that sped

Principito -

Aquí otro que volvió a reencontrarse con Héroes a través de los discos en solitario de Bunbury.

Los comienzos de Héroes me pillaron muy joven y cuando estuvieron en su esplendor, mi adolescencia rebelde me hizo ir contra las masas que gritaban, saltaban y se estremecían ante los acordes de "Entre dos tierras".

Al tiempo, ellos se separaron y yo empecé a saborear esos discos de Bunbury en solitario, con la grata sorpresa de quien vislumbra una luz al fondo después de haberlo dado todo por perdido.

Y Bunbury me sedujo en sus directos y en su entender la música y a los músicos como una profesión y no como un burdel en el que se empieza tocando una guitarra y se acaba como invitado en "Salsa rosa". Como si todo valiera en esa sociedad limitada que integran los artistas.

Y sí, yo también estaré mañana y estuve ayer disfrutándoles y, por qué negarlo, gritando, saltando y estremeciéndome ante los acordes de "Entre dos tierras".

Espero que lo disfrutes... que lo disfrutemos.

Mornat -

Bienvenido y agradecido. Es probable que a mí también me duela oírlo mañana, pero estaremos.

juan luis -

Me gusta este blog y este post me llega. A mí, la voz de Bunburi me hacía daño ayer.