"La revolución feminista ha convertido a la mujer en ese tipo de hombre que a mí me entristecía cuando era joven, ese que tenía que trabajar de nueve a cinco de manera aburrida y nunca era dueño de su destino. Ahí es donde acabó su revolución, su asalto al poder".
[Norman Mailer, escritor norteamericano. La primera vez que pisé Australia lo hice leyendo su novela 'Los tipos duros no bailan'. La primera vez que pisé Estados Unidos lo hice leyendo su colección de artículos y reportajes titulada, simplemente, 'América'. Para mí, más que el hábil literato y periodista que quiso interpretar el subconsciente colectivo de una nación alucinada y alucinante, Norman Mailer siempre será el hombre que noveló a Muhammad Ali en 'The Fight' ('La pelea'), extraordinaria crónica del combate entre Ali y Foreman en Kinshasha el 30 de octubre de 1974. Allí estaba otro autor quizás menor en conjunto, pero que a mí me ha divertido e importado mucho más que el polemista Mailer: el singular e inigualable Hunter S. Thompson. Pero más que por haber escrito 'Los desnudos y los muertos' o 'La canción del verdugo' (títulos que por sí solos revelan a un periodista y que uno podría envidiar sin dificultad), si tuviera que elegir cambiarme por una escena de la vida de Mailer sería por el momento en que, la noche anterior al combate en Kinshasha, el escritor corrió un ratito junto a Ali por las calles de la capital zaireña, en el último episodio de la preparación de una pelea legendaria. De los tres (Ali, Mailer, Thompson) ya sólo vive Ali, el boxeador: la única entrevista que de verdad he deseado hacer en mi vida y que jamás, creo, llegaré a hacer].