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Larga vida al Zaragoza

Estas crónicas de 75 años de fútbol pretenden rescatar a lo largo de los próximos meses los artículos que Pedro Luis Ferrer va a ir publicando en AS. Los hechos, los mejores partidos, los personajes, las historias de la historia... Nadie mejor que Plf (acrónimo del mejor periodista, libra por libra, del momento en esta ciudad) para rescatar esos episodios. Y digo lo de mejor porque reúne las tres condiciones básicas del periodismo: conocimiento, rigor, escritura y afán absoluto por la noticia. Valores que andan en extravío. El joven periodista moderno -tan celebrado- maneja todo tipo de herramientas informáticas; sabe maquetar, diagramar, fotografiar y a veces incluso escribir, aunque a muchos les cuesta distinguir las categorías gramaticales y redactar con una sintaxis coherente. Plf no sabe nada de informática, apenas. Aunque lo intenta. Sin embargo, sabe todo lo que haya que saber acerca del Zaragoza, con un afán memorioso y preciso que le permite hablar con la misma facilidad del partido del domingo pasado y de uno que se jugó en marzo de 1941. Es el periodista auténtico, el de toda la vida. El de verdad. El único, por más que quieran ahora convertir en periodistas a ciudadanos cogidos a lazo por el espacio digital. El periodismo me parece cada día más estúpido y vulgar. Por eso traigo aquí a Plf. Y porque es mi amigo, o sea. Su primera crónica recupera el proceso de fundación del Real Zaragoza, el 18 de marzo de 1932. Larga vida al Zaragoza... y a Plf para que la cuente.


El Zaragoza Fútbol Club -sin el título de Real, que no incorporaría hasta el 30 de marzo de 1951, aprovechando una antigua concesión de Alfonso XIII en 1921 a la zaragozana Sociedad Atlética Stadium-  se fundó el 18 de marzo de 1932. El día de su nacimiento ha llevado a no pocas confusiones, porque el acta de constitución lleva fecha de 15 de marzo, aunque no se firmó hasta el 16. El documento era una especie de hoja de ruta privada que establecía los pasos a seguir acordados para culminar un pacto histórico entre los hombres del Iberia y los del Zaragoza, entre los avispas y los tomates. Pero el actual Zaragoza se constituyó el 18 de marzo de 1932, sólo unas horas después de que las juntas generales de socios del Iberia Sport Club y del Zaragoza Club Deportivo aprobaran sus oficios de disolución como sociedades legalmente constituidas. Ese era el paso definitivo para poder acudir juntos al Gobierno Civil e inscribir al nuevo club, a un club que surgía para acabar con tres lustros de guerra fratricida y sin cuartel.

Para sellar la tregua se había designado una comisión formada por cinco representantes de cada club. Por el Iberia Sport Club: José María y Luis Gayarre, Antonio Sánchez Candial, José María Muniesa y Luis Ferrer. Por el Zaragoza Club Deportivo: Antonio Hormigón, Julián López Herrero, Juan Briz, Liberto Herrero y José Torregrosa. Estos diez fueron los firmantes del documento de constitución, que desde 1999 se exhibe en una vitrina en la sala de juntas de la sede del Real Zaragoza.

La mal llamada fusión. Popularmente se habla de fusión, pero no hubo tal. Entre otras cosas, porque el Zaragoza Club Deportivo había sido dado de baja en las Federaciones Española y Aragonesa el 2 de diciembre de 1931 por su enorme deuda. Todavía existía como sociedad legalmente constituida, pero ni tenía derechos federativos, ni campo (había perdido el arriendo del campo de la calle Asalto), ni jugadores, ni casi nada. Por perder, había perdido hasta de su junta directiva a sus hombres más solventes, a sus mecenas, a aquéllos que habían soportado con su propio dinero la lucha enconada contra el Iberia. Ya no quedaban en puestos directivos ni Julio Ariño, ni el conde de Sobradiel, ni Anselmo Gracia, ni Diego de Funes, ni Pascual Irache...

El Iberia Sport Club sí tenía derechos federativos (al menos una plaza en la Tercera División), un campo magnífico (Torrero), una plantilla de 18 jugadores profesionales (500 pesetas al mes más primas), más de 4.500 socios al corriente de sus cuotas; y conservaba, sobre todo, al frente de sus filas a los grandes pioneros del fútbol aragonés, a José María Gayarre y a José María Muniesa.

El Iberia, al frente. Pero el Iberia, también golpeado por la fiebre del profesionalismo, no quería perder para siempre a los aficionados tomates. Había que recuperarlos, sumarlos, y eso pasaba por crear un nuevo club. Un club de todos y con todos. Para lograrlo, el Iberia sacrificó sus colores y su nombre, pero impuso todas las condiciones: no aceptó hacerse cargo de la deuda del Zaragoza, se reservó el derecho de elección de los cargos directivos y su orden de socios fue prioritario. Es sencillo: para la ciudad nacía un nuevo club, que iba a vestir los colores de la Federación Aragonesa (blanco y azul celeste); para la Federación Española, para el fútbol, era el mismo club, pero con otro nombre.

Lo escribió en 1953 José María Gayarre, último presidente del Iberia y primero del actual Real Zaragoza, en sus inéditas y formidables memorias: "Para nosotros fue muy duro renunciar al nombre del Iberia y a nuestros gloriosos colores gualdinegros. El Zaragoza había sido víctima de sus propios errores, pero nuestro club estaba saneado y no corríamos peligro de desaparecer. Al final pesaron más las razones que los sentimientos. Partimos del hecho de que el nuevo club tenía que ser el Iberia, pero cambiando el nombre por el de la ciudad. El Iberia cambió de nombre y de colores, pero no cambió de estilo. Su nombre estará siempre unido al del Real Zaragoza, al que presagiamos un vivir eterno".

Diario AS, 18 de marzo de 2007
www.as.com

6 comentarios

Javier Ramirez de Arellano -

Mi padre jugo en el primer Iberia - 1921 - era estudiante de medicina en esa epoca, y me comentaba que tenian que comprarse todo el equipo,inaguraban campos de futbol cerca de Zaragoza.tenian que dejarse empatar algunas veces con el equipo local,en caso contrario no habia merienda,solia ser en las fiestas patronales.He mirado en la historia del Iberia ,Real Zaragoza, y no he localizado se llamaba Manuel Ramirez de Arellano,vivia con su familia en la Coso ,creo que en el 11.aprendió a jugar al furbol en el colegio Lecaroz,y estudio algunos años de Medicina,jugaba de defensa,cuando solo habia dos,por los sistemas antiguos,su hermano Eduardo,creo que tambien,jugó.Tengo fotografias del Heraldo de Aragon cuando inaguraron La Roomareda con fotos del antiguo Iberia,y en homenaje a Ostalé,era un deporte elitista en aquella epoca.Tambien tengo una foto de la alineacion de un partido amistoso,con jugadores y directivos de aquella epoca 1920-22,teniamos camisetas y medias del Iberia en la casa que tenemos Buñuel (Navarra),siempre tuvo mucha nostalgia de aquel equipo y nos comentaba que se quedo calvo pronto, de aquellos balones,tan duros y pesados,incluso jugaban con pañuelo ó boina algunos,yo les pediria que en estas paginas lo mencionaran alguna vez.Gracias anticipadas.
Javier Ramirez de Arellano Novales

Mario -

Creo, Aitom, que todos ensayamos mentalmente esa celebración aun sin darle forma. Pero aún somos una tierra sujeta al conformismo como una argolla. El fútbol nos ha mostrado repetidas veces que otra cosa es posible; y sin embargo, nunca hemos acabado de dar el salto. La voluntad, siempre pienso, ha de ser el primer paso. A la fuerza. Y creo que la voluntad crece.

Aitom -

Larga vida... Y que dicha vida recoja alguna vez la gloria innegable por el resto del planeta fútbol de ganar una liga.

Y que lo veamos y que lo celebremos como la ocasión mereciere.

He llegado a imaginar, en sueños, escenarios donde esa gloria la compartiríamos todos, con coreografías al uso, reservadas hasta ahora a otros... benditas, pero convencionales al fin y al cabo.

Lo que ahora se me ocurre practicar, como ejercicio sencillo, sin esperanza, es planear dónde y cómo, posiblemente apartado, en silencio, sólo, con un puño cerrado de satisfacción y probablemente una pinta en la otra mano, lo celebraría yo...

Buenas crónicas.

Rick -

Muy interesante esta nueva sección que seguiré con mucha atención y enlazaré en mi blog. Creo que es absolutamente necesario difundir la historia del Real Zaragoza, y quien mejor que PlF.

Un saludo desde Planeta Zaragocista

Marlo -

Muy muy buena noticia. Un trabajo indispensable que no podía postergarse: el periodista ideal para el tema. Vayan mis felicitaciones a Pedro Luis y un enhorabuena a nosotros los lectores. ¡Nos vemos en el AS!

jcuartero -

Larga vida. La Historia del fútbol zaragozano en la primera mitad del S. XX es interesantísima. No hace mucho seguí en Internet la crónica (por recortes de prensa) de la liguilla de ascenso a Segunda del Arenas, cuando al final no subió me invadió la misma sensación de cabreo de cuando pierde el Zaragoza. Otros ejemplos como los del Escoriaza o el Amistad que llegaron a participar en la Segunda división nos muestran un mundo futbolístico tan distinto al actual que es díficil pensar que existió. Nos llevan a una época que nos parece irreal. Unas fechas en en las que que un equipo del barrio de San José podía ganar a equipos que hoy parece que juegan a otro deporte. Ni mejor, ni peor; pero otro deporte