Los días de El Elegido
Esta noche comienza la final de la NBA: LeBron James (los Cleveland Cavaliers) contra los San Antonio Spurs. Mitad verdad, mitad mentira. LeBron es un jugador embustero, que ha engañado como a chinos a los Detroit Pistons, los tipos más avisados del mundo desde los días de Billy Laimbeer. James los ha terminado sacando de sus casillas en la final de la Conferencia Este (4-2) y ahora el desafío se hace mayúsculo: embromar con su juego de despiste y el ritmo engañoso de su equipo, y los francotiradores ocultos, y los actores secundarios, al bloque de granito más impenetrable de la Liga, los San Antonio Spurs. James no es Jordan ni es Magic, pero permanece por ahora en algún punto intermedio entre ambos, lo que no es una mala acción ni una posibilidad sencilla de defender. Hace años que no veía a un jugador exterior con un baloncesto tan inteligente y variado, con una interpretación así de diversa del juego, con una elección tan precisa de las opciones. LeBron no es Jordan, ni Magic, tampoco un tirador como Bird, un atleta imparable como el Dr. J o un funambulista de lo imposible del tipo Kobe. Llevo tiempo mirándolo de cerca y aún no sé qué es LeBron James, salvo un juego de espejos de otros y de sí mismo. De aquí a las próximas horas, a los próximos días, vamos a analizarlo. A tratar de descubrir la verdad, si es que la hay.
LeBron disimula con notable habilidad su condición de súper estrella. Salvo por la liturgia de la nubecita de talco con la que inicia cada noche de partido, casi nada en él recuerda el exhibicionismo viril de los grandes jugadores de los últimos tiempos. No parece poca cosa ni escasa singularidad para alguien al que la publicidad comenzó a llamar Mesías o el Rey James mucho antes de su ingreso en la edad adulta; desde luego, mucho antes de su llegada a la NBA. Contra todo pronóstico, LeBron se comporta en la cancha con un lenguaje gestual y un modelo de juego ajeno a la ansiedad o el exceso ególatra. Un día gana el partido solo y al siguiente se oculta a medias en las entretelas de su equipo, y se deja llevar hasta los 20 puntos con un buen número de fallos y cierta sensación de inconsistencia. Sin embargo, mirado en detalle, resulta que ha terminado por ser el responsable principal del triunfo, aunque los números no lo digan. Michael Jordan alabó el otro día la presencia de James en la final y el logro que suponía. Entre otras cosas, la NBA está encantada de que todos hablemos del desafío de LeBron y no de las virtudes colectivas e individuales de un equipo de brillante sobriedad como San Antonio. Pero Jordan también apuntó: "A LeBron le falta consistencia: cuando uno es la estrella y tu equipo espera que ganes los partidos, no puedes meter 50 puntos una noche y desaparecer a la siguiente". Eso mismo pienso yo. La pregunta es ésta: ¿Su frecuencia alterna oculta un error en el sistema o se trata de una impostura deliberada?
La final con los Spurs puede revelar mucho a ese respecto. Los Spurs no permiten que el contrario juegue al escondite y raramente persiguen un cebo. Los Spurs te van a buscar en las grandes avenidas y en los callejones traseros. Son minuciosos e implacables. Hay una disensión en los ritmos que también será interesante observar. Los Spurs prefieren la velocidad, la decisión explosiva; los Cavaliers juegan al trote y prefieren ataques en medio campo. A Detroit lo confundieron tanto que los Pistons acabaron por correr, lo que no hacen nunca. En realidad, Detroit se pasó la Final de Conferencia dudando si atrapar a LeBron James en sucesivos dos contra uno o anticipar sus pases extra y las inversiones del juego al hombre libre del otro lado. En esa duda se les escapó la serie. A San Antonio le llega para atender a todo y a más. La nómina de cazadores de hombres que pueden defender a LeBron espanta a cualquiera: Bruce Bowen para empezar (quizás el defensor más conspicuo de la NBA); Michael Finley, Ginóbili, Brent Barry o el buscavidas llamado Robert Horry... Los hermanos Anglyn tenían más fácil escapar de Alcatraz que LeBron de esta encerrona. Interesante punto de partida para pasar en blanco unas cuantas noches de este junio sombrío.
Apéndice del partido 1: San Antonio, 85-LeBron Cavaliers, 76
- Cambio con urgencia la foto, porque a James se le quedó esa cara: 14 puntos, 4 de 16 en tiros de campo, seis pérdidas de balón. El proceso de aprendizaje, que dice Daimiel, es así. Doblado o triplicado en defensa, los Spurs le cerraron todas las salidas y aun las entradas a las jugadas.
- Para los de las comparaciones: Michael Jordan anotó 36 puntos a los Lakers en su primera final de la NBA. Después, se los merendó poco a poco.
- Lo mejor de la noche: el bloqueo y continuación (pick and roll le dicen) de Duncan y Parker. 24 y 27 puntos respectivamente. A un mes de su boda con Eva Longoria, Tony Parker ha terminado el largo proceso de convencerme con su juego, cosa que le ha costado lo suyo. La que no me convence es Longoria.
- Momento de la noche: el caño de Manu Ginóbili en contraataque a Gibson y posterior bandeja, activando el muellecito al final para dejarla junto al aro.
- Dicho lo cual y una vez constatado que LeBron no podría con lo que se le viene encima a los Cavs, el partido derivó lento pero seguro hacia el coñazo. Dadas las circunstancias, activo la opción REC del dvd grabador al nivel naranja: esto es, los partidos con horario de la costa Oeste directamente los grabo. Benditas finales entre Utah y los Bulls... Aquello sí que exigía el insomnio.
- Pd.: para el bahiense Marlo... mientras Ginóbili jugaba, el partido en la televisión lo comentaba Pancho Jasen, otro hijo Bahía Blanca. Creo que si no apareces de comentarista a lo largo de la serie es que no hay justicia ni orden.
[Foto: la cambio por motivos obvios. De la risita a esa mueca mirando el marcador o lo que fuera. Pese a lo que pueda parecer, sigo con LeBron].
17 comentarios
BP -
Per -
Mornat -
Mornat -
Per -
Mornat -
Per -
BP -
Mornat -
Bahiense perplejo -
Mornat -
Bahiense hiperperplejo -
1) bajar el programa.
2) buscar en la página citada la programación deportiva del día, poner el ratón arriba del partido deseado y darle doble click.
Es necesario conectarse por lo menos media hora antes del partido en cuestión para que la señal se alimente de otros conectados (al estilo de los programas para bajar música) y listo. Les aseguro que no es un timo ni un pérdida de tiempo. ¡Funciona!
Pdta: A LeBron lo mataron con la defensa; igual más vale que le faltan varios pueblos para llegar a Jordan. Parker jugó un partidazo, su problema es que por ahí se enloquece y hace cualquier cosa, tira desde cualquier lado o penetra a la bartola. Manu jugó más o menos, pero el caño fue terrible. El comentarista de la NBC gritó: "Hasta la vista, baby!".
Bahiense perplejo -
A LeBron la verdad que no lo vi jugar nunca. Todos hablan de él. ¿Dará el zarpazo en la final? ¡Encima no tengo cable! Porca miseria.
Mornat -
Bahiense perplejo -
Mornat -
Un abrazo y gracias por tu opinión. Espero que entre todos descubramos al LeBron real... si podemos!
zaragocista -
En las dos últimas semanas se ha disfrazado de héroe para vencer a los carniceros de Detroit.
Pero de ahí a pensar en que sea el punto de referencia en los próximos años NBA...creo que dista bastante.
Mucho físico, poca cabeza. A lo mejor esto se contradice con la última línea del párrafo anterior.
Saludos.