Primavera en el infierno
Me extraña cómo pueden parecerse tanto los días a los recuerdos de otros días. El 6 de mayo de 2002 llovía con gris lentitud como hoy, 19 de mayo de 2008. Nos protegimos del agua bajo el tejadillo de lata del aparcamiento de la Ciudad Deportiva, y ahí escuchamos las últimas declaraciones de Savo Milosevic como zaragocista. La noche anterior el equipo había descendido a Segunda División en Villarreal, Láinez se pegó o bien le pegó a un aficionado que lo había agredido saltando al campo, Acuña derribó a otro tras una persecución tabernaria, de un zarpazo, como hacen los felinos en la sabana con las gacelas Thompson. Finalmente Milosevic, en medio de la furia desatada y el caos, retrató de un manotazo a Oliver Duch, fotógrafo y amigo del Heraldo, cuando éste lo intentó retratar a su salida del campo.
Aquella fue una mañana muy triste y la lluvia se me quedó grabada en la memoria como una postal metafórica. Esa noche, en Villarreal, escribí con una rabia avergonzada, agresiva y revanchista. El domingo por la noche, cuando relaté este nuevo descenso del Zaragoza, me di cuenta de que me estoy haciendo un periodista mayor o algo veterano, o bien resabido, o bien un poco más sabio, o tal vez desencantado, puede ser que sereno, o puede que sólo escribiera protegido del efecto terrible de lo que estaba contando por otros problemas más acuciantes; o bien, como creo yo, simplemente porque tenía asimilado el descenso hace semanas, muchas semanas. Creo que la primera vez que dije "nos vamos a Segunda" lo dije con absoluta convicción, sabiendo que no se trataba de la lástima reactiva a una goleada o a otro partido lamentable del Zaragoza; era una conciencia absoluta, indudable, de cuál iba a ser el desenlace. Eso ocurrió en la jornada 25, con trece aún por jugarse, en el descanso del partido Sevilla-Zaragoza. Lo puse en un sms que envié a una amiga que me preguntaba qué le pasaba al equipo. Unos días después me encontré por la calle con Charlie Cuartero y él me preguntó qué pensaba que iba a ocurrir. Le repetí mi triste convicción (esos días estaba verdaderamente triste, por esto y por más), y él me vaciló: "Entonces, cuando nos salvemos te la envainarás y escribirás que no confiabas en este equipo". Desde luego, le dije. Esa misma semana me había disculpado por un artículo bastante desagradable contra los futbolistas y le dije que un periodista que se disculpa en público está dispuesto a envainársela y a lo que haga falta. Por desgracia, no tendré la oportunidad de hacerlo.
Cuando tenga un rato dejaré la crónica de hoy en AS, que más que una crónica del partido viene a ser un juicio con el que cada cual estará más o menos de acuerdo. No puede ser de otra manera. Probablemente esta noche. Siento todo esto por la afición, y esto no es demagogia populista. En Villarreal recuerdo haber llorado cuando vi llegar a la gente del Zaragoza al estadio, cantando, sosteniendo las últimas esperanzas de un equipo que se iba, que se fue. Siempre he tenido en cuenta que los periodistas, en cuanto al Real Zaragoza, estamos por obligación uno o dos escalones por debajo de sus socios y aficionados. Lo nuestro (con sentimientos por el medio, porque muchos sentimos al equipo como el que más) tiene un inevitable lado profesional; el fútbol es y siempre será de la gente que lo mira, lo quiere, lo siente y lo paga. Sobre todo, la que lo paga. Parece una anécdota pero se trata de una diferencia esencial, definitiva. Al menos, para mí lo es.
Por eso, hoy que leo los diarios, me pregunto si muchos de los analistas que han florecido en esta lluvia primaveral, con los puños cargados de verdades, soportarían que alguien escribiera una, dos, tres o cuatro páginas analizando los resultados económicos y editoriales de cada medio; las crónicas, la gramática, la sintaxis de sus frases, la valía profesional de sus periodistas y por supuesto sus sueldos, sobre todo sus sueldos. Me pregunto qué se podría decir de la pérdida masiva de lectores, de los resultados en las oleadas del Estudio General de Medios, de la marcha en fila de profesionales punteros en sus áreas, de los modelos redaccionales, de las noticias que se dan y no se dan, o de los resultados publicitarios y de ventas. Sería interesante. Sobre todo puede que fuera divertido. Más que nada, sería justo. Sería justo que alguna vez nos diéramos cuenta de que nuestra posición no nos otorga la plenipotencia de un deus ex machina para construir patíbulos, que en muchos casos deberían incluirnos. Habría que pensarlo. Resulta bastante higiénico hacerlo, al menos para compensar esa costumbre tan entretenida de pedir que dimitan todos los demás, especialmente los que nos caen mal o nos miran con recelo o no se fían de nosotros.
El cinismo no hace periodistas. Naturalmente, yo soy un loco y seguramente también un cínico ocasional Yo mismo voy a tener que escribir alguno de esos análisis y ya lo he hecho alguna vez. Pero lo que de verdad me gustaría es escribir los otros, lo juro. Los de los periodistas y nuestros periódicos, radios y televisiones. Eso sí que me daría placer profesional y sobre todo personal. Con el punto final, por descontado, iría a pedir el finiquito. Afortunadamente no pertenezco a ninguna asociación, para así poder hacer lo que me dé la gana sin que nadie me expulse del cuerpo corporativo corporizado. Con la cifra que me metiera al bolsillo, me compraría un billete a la Antártida y desde allí os contaría semana por semana el flujo de las mareas, el catálogo de estrellas del hemisferio contrario y la frecuencia de las banquisas de hielo en los canales del fin del mundo. Y recordaría que mi vida profesional me proporcionó en 1995 una oportunidad impagable: quedarme en el paro de mi trabajo de periodista y poder ver a mi equipo ganar la Recopa como lo hace un zaragocista de verdad, pagando un pasaje en clase turista, la entrada más cara del Parque de los Príncipes y zorro como un canasto después de haberme pasado el día cantándole al vino y al Zaragoza por las calles de París.
15 comentarios
Miguel -
Mornat -
davicius -
Y por último: casi lo peor de este año ha sido la campaña emprendida por algunos periodistas para cargarse a Víctor Fernández y al propio Bandrñes después....
TONY -
ahora me gustaría comprobar quienes de lso traidos a bombo y platillo, quienes de lso renovados al alza, tiene los huevos de arreglar el roto que han hecho. Ahora las estrellitas aprovecharan su caché y se largaran porque, segun ellos, seguro que quedarse en segunda es un deshonor. que majos y que valientes.
lorena -
Fuera caretas y análisis. Nos han matado.
Per -
Imrahil -
No pretendo culpar a la prensa de nada. Si existe culpa es del cuadro técnico y de los jugadores que son los que se han empeñado en perder los partidos. Lo que digo es que la prensa tiene la responsabilidad de transmitir a la opinión pública la realidad. Ya se que esto es del todo imposible ya que no se puede ser objetivo, pero también es cierto que los aficionados del Real Zaragoza no tienen otra visión de su club más que la que ven en los partidos y leen/oyen/ven en la prensa y le atribuyen a los comentarios de los periodistas la categoría de verdad. Es decir, que si la prensa les dice que la plantilla es la mejor de la historia, el aficionado les cree.
Por tanto no es equiparable el cambio de opinión de un periodista respecto al de un aficionado. El periodista no puede escribir como si fuera un forofo. Ha de sustentar sus opiniones y ha de ser coherente con ellas, porque si no pierde su credibilidad y en el periodismo la credibilidad lo es todo.
Todo esto viene a cuento de los comentarios en prensa de gente que dice digo donde dijo diego. Eso es lo que me efurece en algún caso y me decepciona en otros porque no me lo esperaba de esos profesionales.
En cuanto a lo de plantilla de segunda, es lo que han conseguido es descender, por tanto son de segunda. El nivel de un jugador de fútbol es el que demuestra en el campo independiente de su nombre. Por eso al llegar a determinadas edades y bajar su rendimiento se retiran.
Saludos cordiales.
Rubén -
Esperemos que de aquí a un año puedas firmar una nueva crónica de un nuevo (y definitivo) ascenso. Ahí estaremos.
Jeremy North -
Ahora veo en foros y en sectores importantes de la prensa que se lanzan a la yugular de Agapito y Bandrés, cuando en agosto todo el mundo sin excepción alababan la calidad de la plantilla.
Ellos son culpables por confiar el club a un entrenador que se ha quedado trasnochado en la época del "Dream Team" y de la Recopa, que todavía piensa que los partidos los ganan la calidad de los nombres, en vez de la capacidad física y el orden táctico de los hombres.
Víctor Fernández no es el máximo culpable, pero tampoco es justo que se cargue brutalmente contra otros como Pardeza, que reciba los mandobles él solito, cuando creo que las plantillas confeccionados por Miguel Pardeza han sido buenas, realizadas con cabeza, justo hasta la llegada de Victor Fernández. Quizás entonces tendría que haberse ido Pardeza.
Pero aún así, no entiendo este descenso.
Mornat -
Un abrazo, gracias.
imrahil -
Desde que anunciaste tu artículo en Media Punta sobre las causas del fracaso de este Real Zaragoza, vengo pensando cómo exponer en un comentario mi opinión acerca de la prensa futbolera y sus sesudos análisis. Leo tu entrada de hoy y descubro las palabras que no encontraba.
En el Fútbol, escriben, hablan, opinan personas, periodistas, que saben lo mismo de Fútbol que los aficionados y ofrecen explicaciones extradeportivas a resultados deportivos con honrosas excepciones. Ahora se acusa al propietario del club de amateurismo, cuando hace un año se le alababa por su gestión y ambición y por el logro de la UEFA. Yo he leído en foros, blogs y páginas especializadas en fútbol expresar dudas acerca de la capacidad del equipo que ha descendido desde el verano; opiniones, análisis y valoraciones acerca de cada fichaje y he visto como periodistas especializados en el Real Zaragoza, "descubrir" a jugadores en su primera retransmisión del equipo en pretemporada.
Resumiendo, estoy triste por el descenso, enfadado con los jugadores, culpables del desastre, molesto con la dirección del club, técnica (ya están dimitiendo) y directiva (espero que hayan aprendido a delegar en los profesionales) y bastante enfadado y decepcionado por los periodistas, incluso por los que me parecen buenos. Ellos son los que nos vendieron el humo, porque pensaba que sabían de lo que hablaban y no era verdad. La plantilla no era de Champions era de segunda.
Yo estaba seguro del descenso desde el partido del Betis y me lo barruntaba o temía desde que se despidió a Víctor Fernández, del que por cierto, sólo pedían su cabeza algunos medios periodísticos.
Saludos cordiales.
Anónimo -
Davicius -
TONY -
Por lo menos ,el otro zaragoza sacó la rabia, aunque fuera en forma de monumental tangana. Este zaragoza ni eso.
Ahora la mayoría pedirá ser traspasado a otro equipo aduciendo cualquier motivo, y aprovechara su caché para colarse en proyectos deportivos de entidad, y dejará para otros la redención de los pecados propios. Ahora es cuando se demostrará quien es un mercenario y quien un futbolista.
joan carles -