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Croke Park... y el mejor deporte del mundo

Croke Park... y el mejor deporte del mundo


Irlanda le ganó 49-13 ayer a Inglaterra en Croke Park. O'Gara dejó sentado que, libra por libra, es mejor medio de apertura que Jonny Wilkinson; O'Connell no tuvo rival en la segunda línea y la tercera irlandesa estuvo para subirla a un pedestal. Pero lo más importante fue la demostración de que el rugby es el mejor deporte del mundo, el que a pesar de todas sus evoluciones conserva un espíritu original que está por encima del comercio y la competencia, que remite a los valores esenciales de cualquier juego. La historia de Croke Park es terrible y está hecha de sangre y batalla callejera. Ahora, gracias a la gente del rugby, la cubre un silencio de paz y respeto. Una vez escribí que jugar un partido de rugby es como ir al ejército con tus amigos de la infancia, con la conciencia plena de que puedes entregar tu sangre por ellos y que ellos la entregarán por ti. Es verdad, a veces hay sangre y hay peleas, pero nadie pierde de vista lo fundamental: el respeto por quienes están enfrente, y la observación de los valores contenidos en el juego desde su nacimiento, valores que trascienden la camiseta, el balón, el resultado y ese partido concreto. Dejo que otros periodistas cuenten la historia de Croke Park. Yo me emocioné de nuevo ayer con el rugby, y me ha ocurrido con frecuencia desde que empecé a verlo y jugarlo. Me emocioné porque supe sin dudas que, como sospechaba tantas veces en los vestuarios, he vivido y he jugado el mejor deporte posible.

"Irlanda recibió con un cerrado aplauso a los rivales y escuchó con respeto su himno. Fue un gesto de reconciliación que jamás se habría logrado en un despacho".
Fernando Ornat, en Equipo.

"Irlanda enterró sus viejos fantasmas... y a Inglaterra".
Fermín de la Calle, en AS.

"En Dublín no habló ningún político. Habló la gente con su silencio y nos dieron una lección de cómo debería ser una sociedad que aspira a conseguir la paz".
Juanjo Vispe, en AS

 

3 comentarios

Mario -

Excelente perspectiva. Los relatos que yo he leído sobre aquel día hablan de Michael Collins, quien ordenó una razzia que debía llevarse por delante a 50 británicos en diferentes estamentos de la policía, el ejército y la política de esos días en Irlanda. Finalmente, se recortaron los objetivos a 35 y terminaron por morir 14. En cualquier caso, nada edificante. Pura guerra. La respuesta de las fuerzas británicas fue la entrada en Croke Park a primera hora de la tarde y la tragedia consiguiente. Tu reflexión me ha parecido brillante.

Andy -

Que grandes los irlandeses. Y no hablo del rugby.
Acabo de leer un libro de Billy Bragg que cuenta (en primera persona, obviamente tiene que ser así) lo difícil que es ser inglés. Es que es jodido. Mas difícil todavía es ser un inglés patriota que pueda levantar su bandera con orgullo, sin complejos y sin malos entendidos. Por lo menos no tenemos himno nacional propio, también sería jodido cantarlo.
Por desgracia hay muchos episodios de nuestro pasado (y presente, ya lo sé) que dejarán manchada nuestra imagen para siempre. Es curioso pero de alguna manera los irlandeses el sabado nos ayudaron a limpiar un poco esas manchas y nos devolvieron un poco de ese orgullo. Slàinte!

magerít -

Desconocía la historia, trágica historia de Croke Park, templo de los jegos gaélicos. Los titulares de Fernando Ornat y de Juanjo Vispe en Equipo y As respectivamente son magníficos, y el relato de los hechos, estremecedor.

La manera de comportarse los aficionados irlandeses fué ejemplar para el mundo deportivo y sobre todo para el mundillo político.
No existió alianza de civilizaciones, lo que existió fué una alianza de "civilizados", de 81.000 espectadores que enterraron la memoria histórica.

!Como nosotros! Y como decía aquél.... Igualica...igualica es tú familia que la mía.

Y tu artículo, Mario, emociona con todos esos sentimientos, sensaciones únicas aún cuando como en mi caso no he practicado ese noble deporte.

Me quedo con parte de tu escrito: pero nadie pierde de vista lo funamental:el respeto por quienes están enfrente. Estoy seguro de que no se dedican a la política española.