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Somniloquios

Chicago Bulls y el 'principio Riley'

Chicago Bulls y el 'principio Riley'


Yo soy hombre de playoffs, como Robert Horry, ese tipo indolente que despierta cada primavera como los osos, a tiempo para las canastas decisivas. Entiendo que lo menos que me he ganado después de casi 25 años de ver la NBA es el derecho a saltarme la Liga Regular e ir directamente a las eliminatorias. A modo de anotación histórico-personal diré que el primer partido de la NBA que vi jamás fue el séptimo de la final entre los Boston Celtics y Los Angeles Lakers en 1984: me la dejó grabada en vídeo Joaquín Ruiz y narraba el partido Héctor Quiroga; la Quina había guardado el partido a continuación de la victoria de Severiano Ballesteros en el Open Británico, ese mismo año. Lo vi tantas veces que acabé por aprenderme de memoria los planos. Al año siguiente yo mismo grabé el sexto y definitivo del triunfo de los Lakers en el Boston Garden, con aquel gancho del cielo que metió Kareem Abdul-Jabbar desde la esquina, desde la misma esquina. Y la ovación sostenida de la vieja cancha de los Celtics, con su tarima de cuadrados regulares y las paredes desconchadas de puro orgullo, cuando Kevin McHale hizo su sexta falta y se largó a casa derrotado pero con 36 puntos. Jabbar fue el MVP de aquel año. Yo creo que Jabbar es el mejor pivot que vi jamás, o el que más me impresionó de todos...

Así que durante el año miro la NBA de reojo y en abril me pongo en serio. Este año más que nunca, porque los Bulls han vuelto y los Bulls son mi equipo y lo han sido incluso durante esta larga travesía del desierto de la que ahora parecen surgir. Por fin, para aquéllos que fatigamos las madrugadas y los amaneceres durante el tiempo que duran seis anillos (guardo todos los vídeos de las finales), por fin un equipo del que podemos no sentir vergüenza. Los Bulls de Scott Skiles, un entrenador de aspecto improbable, un Rafa Benítez del baloncesto, se han llevado por delante 4-0 en la primera ronda de los playoffs al último campeón: Miami Heat. Verdad que Miami ha tenido un año de perros, marcado por lesiones en sus dos jugadores clave (Shaquille y D Wade), pero aún son Miami; el mismo equipo que arrasó a los excitantes Phoenix Suns en la última final. Un equipo con Jason Williams y Gary Payton de bases (ahora diremos que Williams es un loco y que Payton está de vuelta... pero el año pasado jugaron como ángeles); con Alonzo Mourning, Shaq y Antoine Walker por dentro; con Wade, Haslem o el francotirador Kapono por fuera; con secundarios como Posey... Y Pat Riley en el banquillo. El viejo y querido Riley, que ya salía en la cinta que yo vi en el 84, dirigiendo a los Lakers. Esos Miami Heat han sido devorados por la ola de Chicago, un equipo que cumple con el nuevo patrón de juego de la NBA: jugadores veloces, tiradores, atléticos, exteriores. Sobre todo exteriores. Luol Deng, Ben Gordon y Kirk Hinrich al frente. Un trío incontrolable, en el más amplio sentido de la palabra.

El patrón ha cambiado. La NBA ya no la ganan los grandes pivots, sino los jugadores exteriores, el baloncesto por afuera. El centro de gravedad del juego ha girado, y esto no lo digo yo. Lo dice el mismo Pat Riley, que fue campeón el año pasado con su decálogo de toda la vida + Wade, que hizo la diferencia: "Este juego se ha convertido en un juego de velocidad. Yo siempre he sido un entrenador orientado al juego interior, y el baloncesto me bendijo con la posibilidad de dirigir a cuatro de los mejores jugadores de todos los tiempos: Kareem (Abdul-Jabbar), Patrick (Ewing), Zo (Mourning) y Shaq (O'Neal). No sé hacerlo de otra manera". Riley hablaba de los Bulls, pero también de los Phoenix Suns (equipo al que tengo la esperanza de ver campeón, a no ser que lleguen contra los Bulls), de los New Jersey Nets (que viven de los enloquecidos Jason Kidd y Vince Carter), o de los emergentes Golden State Warriors (a los que aún no he visto pese a las vehementes recomendaciones de JSolans). Eliminado su equipo por las malas, la despedida de Pat Riley en la rueda de prensa fue de leyenda: "Nos vemos en algún lugar por el camino... o en la utopía". Sólo alguien como él puede decir algo como eso.

Así que ahí están los Bulls y yo lo celebro. Hacía siete años que ni yo ni nadie los veíamos pasar una sola ronda de playoffs: concretamente, desde aquella canasta final de Jordan frente a los Utah Jazz para el sexto anillo de la dinastía zen de Phil Jackson. El año pasado los Bulls dieron un aviso que observé con emoción, y acto seguido se llevaron un mangazo. En los últimos tiempos han fichado a Ben Wallace y a Nocioni, entre otros; no parecía suficiente pero, de acuerdo al principio Riley, era suficiente porque lo interesante había de hacerse por fuera: gente joven, vigorosa, atrevida, como Gordon, Deng o Hinrich, un base anotador, con tendencia a meter canastas arteras o rajarte de arriba abajo con velocidad y disparo. En algunos momentos recuerda al inagotable John Stockton con un par de velocidades más, las que Stockton había licuado en pura inteligencia y conocimiento. Con eso y algo más (Duhon, Sweetney, PJ Brown), los Bulls acaban de barrer a los Heat y jugarán la semifinal de conferencia contra un equipo de pellejo duro como Detroit Pistons, un equipo que tiene un poco de todo y un mucho de todo. Webber y Rasheed Wallace; Billups y Lindsay Hunter; Richard Hamilton (aquel jordanito de los Wizards que quería mandar más y tirar más que papá Jordan con 40 tacos), Carlos Delfino, el alargado Tayshaun Prince. Es decir, una roca.

Ahora que pienso en el principio Riley, pienso en que aquellos Bulls de Jordan ya eran el anticipo de una tendencia posterior: un equipo velocísimo, agraciado con un jugador sobrenatural como Jordan. Pero el principio ya estaba ahí. Los pivots siempre fueron secundarios encargados del trabajo sucio: Bill Wennington, Luc Longley, Horace Grant, Dennis Rodman o los viejos Charles Oakley o Bill Cartwright. El asunto de verdad se jugaba por afuera, en una defensa extraordinaria y sobre todo en las hipotenusas ocultas del triángulo ofensivo que había inventado Tex Winter, donde todo giraba en vórtice armónico en el que el centro de gravitación siempre era el mismo: John Paxson, Steve Kerr, Ron Harper, Toni Kukoc y desde luego Scottie Pippen. Todos en órbita con Michael Jordan...

Han vuelto los Bulls. Voy desempolvando las gorras de los días grandes, que llevan guardadas en una caja desde la madrugada en que Jordan hizo aquella paradita con suspensión con la que cualquier otro ser humano se hubiera reventado las rodillas.

[Foto: Luol Deng en actitud jordanesca: pasa por encima de Shaquille uno de los martillos exteriores de los Chicago Bulls, el jugador que ha tirado del equipo en esta victoria sobre el campeón Miami. En su tercer año en la NBA, Luol Deng se está consagrando a un nivel excelente].

11 comentarios

JSolans -

Let's go Warriors! Se follaron vil y alegremente a los Mavs con todas las letras, mira que te lo avisé! Ya hemos hablado de los gamberros dorados y seguro que escribes sobre esta histórica cornada, así que miro ahora desde otro prisma... Van Gundy debe estar volviéndose loco. El tontuno habrá descifrado mil laberintos defensivos para frenar a Robin Hood y ahora le cambian la pieza. Moraleja: el destino no quiere a zotes que jodan el espectáculo. A mamar, chato!

Mornat -

Vi al magnífico Caldera haciendo 25 contra los Nets, que les apretaron las tuercas hasta el último segundo de su vida. El partido de Calderón fue una repetición constante de situaciones: subía la pelota, pasaba 10 segundos buscando pases, nadie aparecía (queda sentado que Chris Bosh es el opuesto de Robert Horry, un cagueta arrugado en los playoffs) y al final Calderón se fabricaba la canasta él solo en uno contra uno y contra ayuda. Pero SOLO, SOLO, SOLO. Tiro desde arriba, tiro desde un lado, penetración... Increíble. Pero no les llega para derrotar en siete partidos a los Nets. A Robin lo he visto en el resumen de NBA.tv: valiente rilada de los Warriors, ganaban de lejos a tres minutos y algo y acabaron cayendo. Igual no creo que se les escape la serie, salvo que ahora les entre a todos el pánico.

JSolans -

Robin Hood salvó a los Mavericks de las vacaciones en el último cuarto, los gamberros dorados los tenían fritos de nuevo. A las 4:30 de la madrugada de mañana-viernes, el sexto. A ver si nos lo ponen! Pese al desapacible horario y que coincide en el día con TMac (2:00), supongo que Daimiel elegirá la diversión. Desde luego yo renuncio a 'por qué eres tan bueno, McGrady' por ver el auténtico western.

Mornat -

Lleva años haciéndolo. Cuando metió ese triple, la prensa americana publicó el historial de sus canastas decisivas y era impresionante, tenía una buena cantidad de esas. Claro, más tienen Jordan o Kobe, pero esos juegan a meter las que deciden. Robert Horry juega a hacerse el despistado. Siempre ha sido uno de mis personajes preferidos de la NBA. McGrady, sin embargo, nunca ha estado entre los que me han motivado a ver un partido. Es muy bueno pero me resulta aburridamente sedoso. No se sabe por qué pasan estas cosas, pero pasan.

JSolans -

Por cierto, Montes cantó así el triple mítico del indolente de los Spurs a los Pistons en el quinto partido la final de 2005: "¡¡¡Ratatatatatatatataaa (cinco larguísimas veces)!!! ¡Ese extraño elemento llamado Horry, Daimiel!" Sensacional.

JSolans -

Yo me esforcé por ver a Houston ganar, pero no tuve éxito (aburre más que cualquier cosa). Bueno, por ver a McGrady, realmente. A todo el mundo le ha cansado, pero a mí me sigue motivando más que nadie. Lo que pasa que o vuelve a mudarse, o le cambian de entrenador o le fracasará repetidamente como en Orlando. Voy a ver ahora a la empalmada pareja de NJ.

tony -

me alegra saber que vas a venir, y mucho mas que puede que te vistas de corto. contigo en un lado de la primera y el gordo cabron empujandonos desde la segunda les podemos plantar cara a los vascongados.

Mornat -

Recuerdo mejor la final del 84 que la del año pasado. Escribí Dallas y luego escribí Phoenix y luego pensé... joder, no me acuerdo, tengo que mirarlo. Y no lo miré. Y así camina Somniloquios, de error en error. Perdón por la desmemoria. Lo raro es que a Baron Davis le permitan la entrada a los pabellones americanos con ese aspecto de innoble que se trajo de Nueva Orleans, tal y como está la cosa. Vamos a ver si los Bulls pasan a Detroit; vamos a ver hasta dónde llevan GSW ("equipo descarado, nervioso y gamberro", lo definían hoy en el NY Times) su locura colectiva. Salvo por los aburridos Rockets (me los tragué anoche) y los pesadísimos SA Spurs, el resto de los playoffs me tiene bastante interesado.

JSolans -

Super! En la final del año pasado Wade engulló a Robin Hood y compañía, no a los Suns. Ojalá este año sí lleguen a la final los bandoleros de Phoenix, sería una final maravillosa con los Baby Bulls. Bueno, y antes de eso, una final del oeste entre los Warriors y los Suns sería de-lo-cos! Esta noche, Baron Davis y sus secuaces asaltan de nuevo Dallas...

Mornat -

Tony, este sábado voy a estar. Y dicen algunos que estaré vestido de corto... Yo todavía quiero verlo. Pero me empieza a sonar que sí. Y desde luego que arengaré, dentro o fuera. Y aquí.

tony -

yo tb soy un enamorado de estos bulls. quiza, porque por encima incluso de los alabados euroraptors, son el equipo con mas variantes ofensivas y con un juego de conjunto mas solido de toda la liga.me encanta verles jugar. y sobre todo me encanta ver a esos dos genios que son ben gordon y luol deng. del primero, decir que es una verdadera máquina de anotar desde sus escasos 1,90, y del segundo, decir que la progresión que está teniendo es espectacular y supera lo que yo esperaba de él. en un principio pensé que acabaría siendo el tipico saltarin espectacular, pero su radio de accion a dia de hoy es total.

ah, espero que sauqes tiempo y este sabado te acerces al seminario a encerinarnos desde la banda. y si no, por lo menos te podias escribir un articulito de esos tuyos para arengarnos. colgue dos en la web del salvador, en el foro, y a la gente le encantaron.