El crooner
Si hay una palabra en inglés que me gusta por fonética, semántica, significante y significado, es la palabra crooner. Me gustan los crooners, los cantantes intimistas, los baladistas de flor en una mano y cuchillo en la otra, con su elástica dicción y sus elásticos conceptos del amor y la vida, desde el sexo despiadado, físico y autodestructivo a la ternura melancólica, las mañanas y los días sombríos, la luminosa desdicha de la pérdida y los reencuentros, los altares con crisantemos y los cementerios con cerveza. Todo vestido con un traje de raya diplomática cerrado con chaleco, abrochado por un piano y un violín. Frank Sinatra fue el crooner por excelencia y su lado oscuro lo tenía incorporado, si no en las canciones, sí en su propio ser. Nick Cave es el crooner más potente del momento, entendiendo por momento los últimos 25 años, pongamos. Nocturama, su disco de 2003, incluía esta canción: He Wants You, que encuentro sobre el fondo acaramelado de El cielo sobre Berlín, película de Wim Wenders que no he visto, en la que dos ángeles cuidan de la ciudad mientras uno de ellos se enamora de una trapecista y anhela la mortalidad y alguna gilipollez más. De ella escribió Carlos Boyero, con indisimulado cariño: "Pretenciosa, falsa, boba, sensiblera". Y yo de Boyero ya sabéis que me fío lo justo -o sea, mucho- desde que declaró grandiosa La Delgada Línea Roja y abominó de aquel empalagoso caramelo envuelto en celofán que fue Shakespeare in Love. El Oscar, claro, se lo dieron a esta última y a Gwyneth Paltrow, la rubia más lánguida y sosa que ha dado el cine moderno. En fin, que éste es el otro Nick Cave. Que lo dejo para completar el cuadro, porque me aburro, porque no sé qué escribir y porque no hay nada mejor que rodear con música los silencios interiores, que pegan unos gritos de espanto.
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Solange -
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