Proyectos alternativos: Pele TV
Me soplan que la tertulia de los guapos es el programa más visto de la televisión autonómica y no me sorprende. Porque a la gente le interesa el fútbol y lo que los periodistas tengan que decir sobre el fútbol, cosa que a mí me sucede muy de cuando en cuando. Yo siempre empiezo a ver la tertulia de los guapos, a.k.a. La Jornada, los domingos por la noche, hasta que me doy cuenta (cada vez más rápido) de esta evidencia: que sobre el Zaragoza de Segunda División no hay mucho que decir ni que opinar; sólo dejar que pase el tiempo. Y, luego, pienso que en realidad los contertulios están todos de acuerdo o casi, y ni siquiera se molestan en adoptar papeles; me doy cuenta de que Esnáider y Petón se dedican mayormente a chinchar al Pele, al tiempo que advierto que el Pele o bien se contiene (así como resignado por el ventajismo de los otros) o bien se desmanda y entra a largar topetazos, mientras el único que se toma todo en serio, como siempre se ha tomado todo en serio, es César Láinez. Estos cuatro componen el grupo de los guapos. Luego están otros menos guapos, desde luego, que van de cuando en cuando y que no alcanzan ni de lejos el porte de los primeros, pero contienen algunos valores diversos que tal vez salpimentan la tertulia: el mejor de todos es Isidro Oliván y sus razonamientos imprevisibles. Isidro debería estar siempre, por ley y porque los mejores momentos de la televisión aragonesa los ha proporcionado su eterno desencuentro con el Pele, tan divertido que divertía a los propios compañeros de mesa que no metían baza sólo para darles tiempo a agotar su desesperada discusión; divertían a Pedro, el presentador, a los cámaras y a los regidores. Sin Oliván, la intensidad emotiva del Pele disminuye. Otros días va el Oso, cuyo lugar en realidad jamás debería ser una tertulia de fútbol sino una de Economía y Cosas de la Vida, porque ahí es donde el Oso puede desplegar con el ritmo adecuado, su morosa locuacidad, las pautas vitales y trucos ingeniosos de microeconomía y comportamiento social que han dirigido y aún lo hacen una trayectoria de ribetes ejemplares. Si una pareja pudo jamás hacerle frente a la dupla Oliván/Pele sólo fue la que conducía aquel recordado programa de Antena Aragón: el Oso y el Pirata Jarné. Cuando uno ha visto a Valeriano subirse los calcetines en plano medio en mitad del programa, todo lo demás le parece una impostura del guión. Por último, los guapos se ponen a hablar del Huesca y entonces todos disimulan lo que de verdad les gustaría decir, salvo tal vez Láinez, y reúnen maravillas sobre el Huesca. A esa parte yo casi nunca llego. En realidad, cada día lo dejo antes. Yo es que lo estoy dejando todo. No es culpa de ellos, es culpa mía.
Últimamente me han hecho tres propuestas diferentes de programas. Una el propio Pele que, como conté otro día, tropezó con mi ya crónica desgana; otra, un proyecto que le corre por la cabeza a César Láinez y del que no sé detalles aún, sólo que el gran César me lo quiere contar y yo le atiendo a todo al portero y además me pongo para entrenar la ajustadísima elástica negra que me regaló. El último proyecto es otro programa de radio-tertulia para el que me quiere convencer Andrelo, que se compromete a salir a buscar publicidad por las frías calles de la crisis si yo presento el proyecto a alguna emisora. La cosa consistiría en leer la prensa y comentarla. Pero bien, dice Andrelo. Yo sonrío. Yo tengo mis propios proyectos alternativos y los llevo en la cabeza hace años. El primero, una transmisión de fútbol mano a mano con mi amigo el argentino López. Desde que yo mismo me narraba los partidos de SubButeo en casa cuando jugaba en solitario (antes de aquella divertida rivalidad de bocadillo de chorizo y ron-cola que desarrollé con el sr. Guerra) he sabido que sería un buen narrador radiofónico. Oportunidad que, desde luego, nadie me ha ofrecido ni yo he propuesto, faltaría más. Es una convicción interna. Muchas veces, en el fútbol, narro por lo bajo los partidos como forma de concentrarme en el juego y de ir desgranando ideas sobre lo que veo. Si no, me descubro mirando a Arizmendi y pensando en cuánto valdrá una pinta de Guinness, cosa de la que jamás en mi vida he tenido idea y mira que me las he bebido a pares...
El tándem Ornat-López en narración de los partidos es un formato alternativo y barato. Yo estaría en el campo y López en su casa, por el teléfono. La particularidad más notable es que López ni siquiera vería el partido conforme lo comenta. Yo creo que un comentarista que no ve el partido compone ya de por sí una figura interesante, mucho más interesante que los comentaristas que sí ven el partido. Los comentaristas que sí ven el partido son, por lo general, comentaristas de lo obvio. Hay pocos que te descubran algo, así que, si no puedes contar con uno de ellos, mejor contar con un argentino capaz de hacerte reír o contar algo interesante mientras sigues viendo el partido. Y a López le sobra para eso. Cada día haríamos la misma pantomima al empezar: yo le preguntaría a López si logró sintonizar con el partido y él me daría una peregrina explicación sobre las dificultades que tuvo para hacerlo. A partir de ahí, disculpándonos sentidamente ante nuestros oyentes, nos veríamos obligados a comenzar la narración a pesar de las circunstancias. Yo cuento lo que pasa y López improvisa sobre la marcha. Nuestra arma está en su capacidad para el caso y el acento argentino, que haría el resto. Otra posibilidad es adaptar ese mismo formato a un programa de cine, algo que también me corre por la cabeza. Yo vería las películas y López, no. En ocasiones no las veríamos ninguno pero dejaríamos a alguien que la hubiera visto llamar y contárnoslas. Y a comentarlas, medio en serio medio en broma. Además, el argentino podría hacer una reseña al pedo de las películas que pusieran cada día en la televisión. Naturalmente, el peso de la invención recae en López, así que él se llevaría la parte suculenta de los salarios. Eso por descontado. Ricos no nos haríamos, che, pero lo que nos íbamos a divertir.
El otro invento de éxito garantizado es sería un reality show de esos de conexión a full: 24 horas con Pele de único y total protagonista. Se llamaría, desde luego, Pele TV, y consistiría nada más y nada menos que en seguir a Pele y su agitado mundo interior todo el día y a todas las horas. Excepción hecha de los ratos que se va a la hemeroteca, eso sí. Con atención especial a sus peleas con el ordenador y el téléfono o a veces con el ordenador y el teléfono al mismo tiempo. Estamos hablando del hombre desactualizado por antonomasia, en cuestiones tecnológicas. Así que hay que atender a sus desencuentros con la modernidad. Técnicamente el programa no sería difícil: fundamental una pantalla que vaya mostrando a los espectadores el contenido de los mensajes de móvil que envía el Pele a todas las horas. Yo podría aportar un testimonio contando el día en que le enseñé a enviar sms, despertando el insaciable monstruo que llevaba dentro. Y que la cámara le siguiera de cerca en el trabajo, en casa, en los partidos de fútbol de su hijo, en las conversaciones telefónicas, en los partidos del Zaragoza, en el imperdible proceso de confección de una noticia, en la escritura, mientras pinta soldados, cuando pronuncia espontáneas conferencias a la hora del café sobre las guerras napoleónicas, cuando se encuentra a un abuelo o a su nieto que le dice que su tío o su padre o vaya usted a saber jugó en cierta ocasión con el Real Zaragoza o con el Barcelona de Pepe Samitier... Y ese tenso momento, que todos hemos vivido, en el que Pele le interroga por el nombre del presunto jugador. Y ese sujeto que dice el nombre, ya medio entre dientes porque Pele no se ha quedado en la mera admiración, en el “¿no me digas?”, sino que quiere el nombre y lo quiere ya, lo pide de forma imperativa para cotejarlo con la enciclopedia que lleva entre oreja y oreja... Y ese abuelo que ya se siente con la espalda en la pared, desprotegido, ese abuelo al que yo he visto ya vacilante, pronunciar el nombre, “fulanito de tal” y poner ya excusas porque, increíblemente, a ver si va a resultar que el tal Pele va y se conoce a los ochocientos y pico jugadores de la historia del equipo; y Pele que antes de dos segundos ha procesado la información y sin compasión ninguna ni piedad le dice al embustero: “Su abuelo de usted no ha jugado en el Barcelona NUNCA”. Recalcando lo de nunca con una alteración aguda de la voz. La explicación posterior: “Bueno, entrenó con ellos alguna vez y tiene una foto con Samitier, espera que llamo a mi tía abuela para que la mande”. Y ese epitafio del Pele, que viene a ser una roca sobre la cabeza: “Que sí, que sí... pero que en el Barcelona no jugó, amigo”. Ese simpático sadismo...
Puede que al principio Pele se cortara un poco de tener una cámara atendiéndole 24 horas al día, como le pasaba las primeras veces que íbamos a ZTV. Pero ahora que ya se comporta en plató como en realidad es (doblando tapes de boli y rascando paredes cuando habla por teléfono), se ha convertido en un animal televisivo implacable y yo vaticino que Pele TV supondría un éxito sin precedentes en la autonómica. Porque yo he visto cómo engatusa con su impulsiva dialéctica a audiencias variadas, desde comerciales de la radio a activistas de UGT, dueños de bar, entrenadores de fútbol, periodistas o escritores. Y lo atienden así, con entusiasmo, porque no deja de ser un espectáculo la mezcla de agitación verbal, conocimiento, velocidad, memoria y torrencial locura que despliega el Pele para tratar los asuntos más peregrinos. Porque lo que ahora parece una tragedia, luego queda en anécdota. Déjate de Aragoneses por el Mundo (¿quién colaría ese programa, señor?)... En una semana Zaragoza entera repetiría como una letanía el catálogo entero de frases habituales del Pele, que pasarían al habla común pronunciadas del mismo modo obsesivo que les agrega su autor. Cosas como “Vitín de diez”, “Tú eres un gran demócrata”, “Jodo, tú no morirás de cornada de burro”, "Oye, que yo soy aragonés", “¿Qué dice la Petonina?”, "Llama al ruso", “¿Y Monchito Ribot?”, "Estoy muy dolido contigo", “No tiras puntada sin hilo”, “A mí no me cuentes películas”, “Aquí estamos, trabajando a lomo caliente para que tú puedas cobrar la jubilación”, “Buen jugador”, “Jugador de diez”, “Carne de pescuezo”, "El mongol del Levi’s blanco", "Ese gachó le cuca el ojo a mi mujer", “Este filete es carnuza”, “Ponnos unas olivicas”, “Jodo, Pirata, cómo te estás poniendo de jamoncico...”, "A ver si les metemos cinco a los del hilo de cobre" (a.k.a., el Numancia), "Fenomenal, fenomenal", "Está sensacional", "A tú no te he punchao", “Doctor, que tú eres amigo mío”, “Tranquilo que entre bomberos no vamos a pisarnos la manguera”, "¿Has leído a Azarías?", “¿Pero vienes o no?” (ésta con mucha urgencia en la voz), “No llames, no” (cuando te llama siete veces en un minuto y medio y no contestas), "Coll de Taula", "Llama a Kings Moon" (nuestro fotógrafo, Alfonso, que se apellida Reyes Luna), “Tú sí que eres de diez”, "Nada el pájaro, vuela el pez", "No sabes lo que me pasó anoche" (cuando por casualidad localiza algún dato que le faltaba para su libro de trayectorias de jugadores del Zaragoza), “Bum bum bum bum, bum bum bum bum, barrita Tantor en Camerún”, "¿Puedo ir contigo, Vitín?", “¿Qué dice Torcaz?”, y las clásicas de su periodo de estudiante en Barcelona: “Al voltant dels mitjans de comunicació”, “Amics oidors de Catalunya Radio”, “Anem tots cap el rectorat”... Más los pormenorizados relatos de la despedida de soltero, el palomo cojo al que emplumaron con colacao en una fiesta en el piso de la universidad, aquella otra de Sami de "yo voy a darte lo que tú necesitas" antes de buscarle pelea con el más grande del bar a un amigote muy reñidor que celebraba su despedida de soltero... Más el anecdotario completo de Biscarrués: la primera vez que pusieron una porno en el casino, cuando aquél le dijo a su mujer, que le había pedido un Kas de limón, eso de "Tú no tienes sed", cuando raparon a dos turistas rubicos que habían tenido la mala idea de pasar por allí, las peleas en las fiestas de Almudévar... Más el ascenso al refugio en el que se jugó los pies para dejar de rueda a su jefe en el Heraldo y cuando sacó de la cama a Moncín, el fotógrafo, a las seis de la mañana en una concentración del Zaragoza, diciéndole por teléfono que bajara corriendo que se llevaban a no sé qué jugador a con apendicitis aguda...
En fin. Que lo tengan ahí en la tertulia de los guapos es una pérdida de tiempo. Se están perdiendo un reventón de audiencias y a un fenómeno social de primer orden. A veces pienso si en realidad no lo conocen.
33 comentarios
Torcaz -
latorre pola -
chis -
Sois los mejores: el Pele, el Chesus, Vitin... y Mario, por supuesto
vitin -
020 -
Latorre -
Monty (antes conocido como Will Hunting) -
Yo apuesto por Chesu.
020 -
chesus -
Boli -
Coll Taula -
plf -
El Gali -
La de veces que me he oido yo la retahila esa de frases...
¡¡Como me he reido al leerlas asi todas seguidicas¡¡
Las preferidas del Pele hacia mi sin duda han sido las de "Tu, que eres tan democrata"y tambien la de "El mongol del Polartec".
Si no existiera PLF habria que inventarlo.
La navaja -
rocky -
Señor Guerra -
020 -
Mornat -
Sultans -
Mornat -
PLF -
Mornat -
El Oso no es Ortiz Remacha, pero ahora que lo dices tienes razón, con Cedrún conformaba otra pareja muy notable en la televisión.
Respecto al libro o libros de PLF (porque con el material que tiene le da para una enciclopedia completa) primero deberá resolver algunos conflictos interiores consigo mismo y domesticar esa violenta contradicción entusiasmo-desprecio que sufre por divulgar lo que sabe acerca de la historia del Real Zaragoza. Al paso que llevamos, tal vez no lo consiga nunca.
jcuartero -
Imrahil -
No iba a comentar nada porque no me gustan los comentarios de los palmeros de blog, pero, como ha salido lo de los gritos en el derby, me animo. En primer lugar, olé y olé. El artículo que te has marcado es para estudiar en clase de literatura.
En cuanto a lo otro. A mí me parece gravísimo y la actitud del resto de los participantes, disculpando y animando entre líneas, todavía más. La violencia en el deporte empieza por ahí, por hacerse cómplice del insulto aduciendo que se hace sin maldad. El insulto es insulto y punto y todavía es más grave cuando se va a insultar a casa ajena. Ya tenían bastante para escocernos legalmente con el empate.
Por último, si el oso es Ortíz Remacha, aún recuerdo sus "enganchadas" con Cedrún.
Saludos cordiales.
Mornat -
[Pd: me indica Plf que quería escribir "el más guapo" en lugar de "el guapo" en su comentario. He tratado de explicarle que los comentarios no se pueden editar a posteriori. Sólo borrarlos enteros. Aprovecho para pedir consideración por su denodado esfuerzo para participar en este foro, sobreponiéndose a su condición de hombre refractario a los avances de la tecnología].
PLF -
A Daniel, que me conoce bien, no hay que decirle nada más.
Sólo decir a todos que Mario es el mejor, el más grande y el guapo. ¡Viva también el gran Mundialista!
Jeremy North -
El "Pele" tendrá mi respeto eterno desde ayer, cuando fue el único de la tertulia de los guapos que quiso contar la verdad sobre el fraude de derbi, y en una actitud dictatorial por parte del moderador y del resto de compañeros, no se le dejó. De vez en cuando y aunque estemos muyyyyy castigados, los zaragocistas tenemos nuestro corazón y agradecemos que alguien nos defienda.
Daniel -
Un espectáculo el amigo Ferrer
Sr Guerra -
Boli -
Will Hunting -
No falta ni una frase. Incluso de las más actuales como Monchito...
Deberíamos montar una productora ya
Aitom -
Sobre tertulias y demás saraos, habría mucho que hablar. De momento, como en lo sustancial, seguimos en Segunda. Espero que aparezcas alguna vez en alguna, aunque me parece que eres menos de confrontar argumentos que de construirlos en prosa. Quizá Ferrer venda más imagen "tertuliana"...
Eduardo -