¡Árbitroooo, la horaaaaaaaaaaa!
Cuando uno trabaja diariamente al lado de un equipo profesional y antes ha jugado al fútbol de crío, descubre que muchas cosas han variado o se hacen de modo desconocido a como se hacían antes en el ámbito amateur; pero también se advierte que otras muchas son exactamente iguales. Los futbolistas, por lo general, se comportan esencialmente del mismo modo en un equipo cadete y en uno de Primera División. Al final, se trata de jugar. En algunos lugares, la tecnificación aún no ha despedido algunos rudimentos. El otro día, en Glasgow, me emocionó un poco redescubrir una vieja fórmula de entrenamiento de cuando éramos niños en todo un Celtic de Glasgow: antes de empezar el partido, el segundo entrenador se ponía al borde del área y todos los jugadores en fila en el medio campo. Cada uno con una pelota. Se la tiraban en perpendicular al otro, éste devolvía la pared, y los muchachos disparaban a portería. Bendita ingenuidad.
A lo que vamos... Cuando de chicos jugábamos al fútbol, esa frase del titular era el grito de de los últimos minutos de un encuentro apurado, en el que teníamos los huevos por corbata y ya no había forma de parar a los contrarios, que se venían por todos los lados. "¡Árbitrooooo, la horaaaaaaaaaaaaaa!". Y fórmulas parecidas. Así terminó España el partido. España 2 Dinamarca 1. Y un hilillo de mierda corriéndonos muslito abajo: a los defectos que ya han hecho callo se van añadiendo otros. El más notorio de esta noche, una preocupante ausencia de carácter y confianza, al punto de que la Selección no ha podido sujetar en el Bernabéu a un rival mediocre, con diez jugadores desde el minuto 19 y un 2-0 en contra en el descanso. Ha marcado Morientes, el que no valía para el Mundial y que ahora juega en lugar de Fernando Torres, que era nuestra bandera en el Mundial. Y David Villa, el querido Guaje, que por lo visto sólo se ha hecho bueno una vez que ha llegado al Valencia. Cuando jugaba en el Zaragoza aún no era lo suficientemente bueno para ser titular en la Selección, aunque ya metía 15 goles por año... Por cierto que se pasó el Mundial saliendo cambiado en la segunda parte, con esas sustituciones preconcebidas tan habituales. Hoy, lo mismo.
La Selección de Luis Aragonés es una castaña roja, como esas castañas de mazapán recubiertas de caramelo encarnado que comíamos hace años. Pero sin ninguna gracia ni sabor ni dulzura. Alguien debería pedir la hora de verdad, y que este hombre dejara ya el puesto; y de él hacia arriba, hacia los lados e inmediatamente por debajo, todos. Los principales, quiero decir. Iñaki Sáez y todos esos... Por menos de lo que hace Luis, a Clemente lo tenían frito, demonizado y perseguido en tres cuartos de la prensa nacional. A Luis le pasan la mano por el lomo y bueno, oye, mira, lo importante era ganar y seguimos vivos... Y dale. Que siga muchos años. Ya le ganaremos a Islandia, otro rival de agárrate que vienen curvas. Björk y algún Gustaffsson que seguro que habrá. Sugar Cubes. Islandia. Y luego Letonia. Otro hueso. Y Suecia. E Irlanda del Norte, que ya nos ganó.
Bueno, no sé, que hagan lo que quieran. A mí lo que me interesa es el Zaragoza. Luis no es aragonés.
6 comentarios
Mario -
Jorge -
2. Desde el pánfilo de Villar al matraco de Iñaki Sáez, todos fuera. Claro, que como no los saquen metidos en una caja...
3. Albelda y sucedáneos, a su casa. Por cada balón que recupera, pierde cinco. Basta de milongas. ¿Por qué ya no juega Cesc?
4. Arbeloa, como demostró ante el Barça, le da unas mil vueltas a Ángel, Capdevila y compañía. Y no lo digo por simpatía aragonesa. Por cierto, a Zapater aún le falta dar un paso adelante.
5. Como acelere a fondo, Piqué tiene un hueco en la Eurocopa. En el Mundial, segurísimo. ¿Y Sergio? Debe ser insuficientemente mediático, antes irán Albiol y Alexis, fijo.
6. Sobre Villa y Morientes, nada nuevo que añadir. Lamentable lo de los cambios prediseñados. Torres, sí, pero reserva. Raúl, nada de nada.
Marlo -
Mario -
Posdata -
República Independiente de Torrero -