El cielo es azul y blanco
Les hicimos seis. 6-1. Yo ya no puedo decir nada.
En el cuarto le dije a mi hermano que pensara esto: que la historia había venido a buscarnos para que nosotros la contáramos. Era tonto, pero era cierto. Era emotivo y era verdad. En el quinto rompí a llorar porque supe que volvería con Pedro Luis a una final, porque nos perdimos la de Montjuïc (él se la perdió y yo me sentí más solo que nunca en la gloria). Pedí el sexto para que fuera igual que en 1975 con García Castany, Arrúa y los zaraguayos, un partido que guardo en dvd en casa. Luego hablé con Lorena y no sé ni qué nos dijimos, todo tipo de barbaridades entre risas preciosas. Después llamé a mi querida Cristina y me reí y lloré otra vez porque ella sabe cuánto me alegra todo esto y lo que significa para mí. Crucé decenas de mensajes. "A tus pies, Príncipe", ese fue para Diegol. Escribí para el AS, pero no sé cómo porque todo había sido demasiado intenso, demasiado grande.
En la última hora le mandé un mensaje a Pablo, mi amigo, que vive en Australia pero que vio la final en Montjuïc y celebró nuestra memorable victoria, él que siempre fue medio blanco. Le escribí y le dije sólo esto: "Semifinal de Copa, Zaragoza, 6-Real Madrid, 1. No sé qué hora es allá, pero aquí es la hora de los campeones".
Papá, les metimos seis y yo estaba allí.
6 comentarios
Mario -
lorena -
Y nos reímos. Vamos, nos descojonamos.
el adversario -
Los Milito no veraneaban en Sopelana, no?Porque fichaba a los 2 echando virutas.
Gonzalo -
Mario -
Anónimo -
Quién se iba a imaginar a mi madre diciendo:
-¿Sabes que vamos ganando
6-1 al Madrid? ¡Menuda goleada! Mario estará feliz.
Pues sí, mamá. Mario está en una nube.