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Anotaciones de Carver

Anotaciones de Carver

Cada tanto debo regresar a Ray Carver como regreso a otro Ray, Chandler, o a Capote, o a Faulkner, o a Hammett o a Hunter S. Thompson. No los igualo, pero de algún modo unos me llevan a otros y mi gusto por una escritura descarnada, hecha de palabras como disparos, los agrupa en cierta forma en la memoria, quizás sin demasiado motivo. He añadido al grupo a Richard Ford, otro americano que escribe bajo la luz mortecina de las ciudades. Y desde luego a Pete Dexter, autor cuyo estilo actúa también como tragaluz para una realidad sombría. Me fascina el modo americano, que para mí es casi un canon o el canon deseado.  Estos días, a Carver le he leído esta frase en el medio de un breve relato titulado, escuetamente, Leña:

"El vacío es el principio de todas las cosas”.

La pronuncia Myers, un escritor en la frontera entre dos pasajes contradictorios de su vida. Lo acaba de abandonar su mujer para largarse con su amigo, un tipo de proyectos tan o más indecisos que los suyos. La persona a la que amas no te abandona por un ideal, te abandona por cualquier motivo, por nimio que parezca. Para Myers, para cualquiera, la ruptura significa un trauma silencioso que hay que combatir minuto a minuto. Reinventar las horas y los pensamientos. Los actos. Myers abandona la ciudad para perderse en otro lugar y quizás ser otro o desearlo. En la primera noche de su recién nacida existencia, anota: “El vacío es el principio de todas las cosas”. La escritura no le salva, al menos no por el momento. Antes habrá de salvarse él a sí mismo. En otra tarde limpia de memoria o anhelo, agrega en su cuaderno una sola palabra: “Nada”.

Resulta quizás aclaratoria esta anotación de Carver:

"Casi todos los personajes de mis historias llegan al punto en que se dan cuenta de que el compromiso que les dieron juega un rol muy importante en sus vidas. Entonces, en un único momento de revelación, cambian la rutina de sus días. Es un fugaz momento en el que no quieren más el compromiso. Y después de todo, ellos comprenden que nada cambió realmente".

Carver escribe sobre los instantes falsamente vacíos. Escribe desde o sobre esos momentos que son zanjas, fundidos en negro, hojas en blanco que separan capítulos, canales de agua helada en el ártico indeciso. Con su deslumbrante laconismo alumbra lo que siempre supimos pero nunca alcanzamos.

 

 

 

 

1 comentario

Parco -

Lo mejor de Carver es la sensación que tiene uno de que, tras abrir el sujeto el azucarillo para el café del desayuno, todo se va a ir al carajo.