Gerrard and the Pacemakers
No hay casualidad en las casualidades. En los años sesenta, Gerrard Marsden tenía un grupo en Liverpool llamado Gerry and the Pacemakers e hicieron famosa la versión de un tema del musical Carousel, titulado You'll Never Walk Alone, compuesta por Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, e interpretada por Christine Johnson. Cuando Gerry la asoció al Mersey Beat y la grabó -¿quién no tenía un grupo en los años sesenta en Liverpool o en los ochenta en Manchester?-, los aficionados del fondo Spion Kop del estadio de Anfield (nombre en homenaje a una colina conquistada por soldados británicos en la guerra de los bóer en Suráfrica), la adoptaron para ellos. No era raro. De Liverpool salía en esos días la música hacia el mundo. Hay un emocionante documental del programa Panorama, de la BBC, en los años sesenta en el que los seguidores del Liverpool se aprietan en las gradas del Kop cantando a coro en multitud She Loves You, de los Beatles. En esos días se metían 28.000 personas sólo en ese fondo y eran estrictamente un solo cuerpo, de tan apretados que estaban: se movían juntos, en un oleaje de carne que amenazaba la tragedia. Aquel partido del documental fue un 5-0 al Arsenal con el cual el Liverpool dirigido por Bill Shankly ganó la Liga inglesa. Cuando ganaba un título, Shankly siempre vestía una camisa roja bajo el traje; y al caminar hacia el centro del campo para saludar, rodeado de fotógrafos, con deleite se sacaba la americana, la ponía en su antebrazo y la multitud enloquecía al verle la camisa roja. En 1994, cuando el Kop fue demolido para construir una grada de asientos, hubo un homenaje a todos los grandes de la historia del club. Joe Fagan, el último entrenador antes de Rafa Benítez en darle una Copa de Europa al Liverpool, salió al césped del brazo de las viudas de Bill Shankly y Bob Paisley, los iniciadores de la saga. El Kop estalló en su grito preferido: "Shankly, Shankly, Shankly, Shankly, Shankly...!". Hey, hey hey... Caaaalm down, lads! (clásica broma con acento scouser).
No hay casualidad en las casualidades. Gerrard Marsden y Steve Gerrard. Gerrard and The Pacemakers incendiaron el Camp Nou anoche. Tomás Guasch me decía la otra tarde que él veía venir el hundimiento frente a los reds, la derrota posterior en la Copa y el derrumbe absoluto, general e indetenible del Barcelona de Rijkaard. El final de un ciclo. Todo lo que acaba, acaba mal, canta Calamaro con su coherente simplicidad. Gerry y sus Pacemakers (Bellamy, Kuyt, Riise, Xabi Alonso, Reina) tienen al Barça en el cadalso. Vamos a ver cuánto aguanta un equipo en el que todo el mundo habla de los que no están más que de los que están. En el que Rijkaard deja con el culo al aire a Etoo, Etoo insulta a Rijkaard y Ronaldinho, luego viene el beso de Judas, más tarde Deco deja claro en qué bando está al darle la bienvenida a Messi, Rijkaard niega que se vaya a marchar al final de la temporada... Y mientras Silva, Villa y los Pacemakers van poniendo bombas. Todo el mundo sabe que habrá salidas, que ya no pueden seguir juntos. Etoo, Rijkaard o Ronaldinho. Alguno se irá. Los que están cerca dicen que será Etoo y, es más, sospechan que se irá al Real Madrid. Lo pueden decir con la boca pequeña, pero esa posibilidad es la más coherente con un tipo como Etoo. El Madrid o la Liga inglesa, creo yo. Tomás siempre tiene razón.
Vi al Liverpool cargarse al Barcelona. Aún a medias, pero suficiente para un equipo que arde en lenta combustión hace tiempo. No supe qué sentir, porque el Liverpool y el Barcelona son los otros equipos de mi infancia y primera adolescencia. Les tengo una consideración especial: para Andy, soy un bloody scouser, un maldito Liv'pool fan. Entre el Madrid, el Bayern Munich y el Liverpool, que en los años setenta marcaban el canon, yo preferí el Liverpool. Luego vendrían los Beatles y todo lo demás (siempre gracias a Gonzalo), la anglofilia y la visita a Anfield y todo eso. En el 95, cuando vivía en Londres, vi a John Barnes pegarle un balonazo de horror a mi chica en la espalda en un partido en el campo del Chelsea. Para un día que la llevo al fútbol... Yo consideraba que un balonazo de John Barnes podía ser algo honorable, pero a la pobre la mató. Llovió toda la tarde y el Liverpool perdió. Más adelante, en Highbury, lo vi ganar 0-1 y cantamos el YNWA en las gradas del Arsenal. Mimetismo divertido. En la televisión, al principio, eran siempre Rexach y Terry McDermott. Urruti y Ray Clemence. Maradona y Steve Heighway. Asensi y Emlyn Hughes. Víctor Muñoz y John Barnes. Krankl e Ian Rush. Cruyff y Kenny Dalglish. Sobre todo Cruyff y Dalglish.
Villa los preparó para lo que viene. Gerrard and the Pacemakers les dieron anoche la segunda tunda. La tercera se la preparamos nosotros para el miércoles. Voy a ponerme para ese partido la camiseta ceñidita de César Láinez y encima una del Liverpool de los sesenta. Y si con eso no basta para mandarlos a la cuneta... ¡que vuelva Yordi!
9 comentarios
Gonzalo -
Mario -
Gonzalo -
Y digo yo, que en lo de los Beatles al menos, algo tendrían que ver John, Paul, George y Ringo...
Por cierto, ahora que lo pienso, eso de "todo lo demás"...¿es el alcohol?
Huy, creo que no estoy siendo políticamente correcto... Bueno, tampoco iba a empezar ahora...
Mario -
alex -
Andy -
Mario -
Andy -
Jeremy North -
Tengo dos camisetas del Liverpool, aunque ambas de Reebok, tengo un banderín, un tazón de leche y además, aparte de los Beatles, dos de mis artistas favoritos, Elvis Costello y los ochenteros Echo&The Bunnymen son de Liverpool.
Por supuesto, quiero que el Liverpool de Rafa Benitez elimine al Barça, es evidente...