La seductora
Halle Berry pasó hace unos días por Madrid para presentar su última película, que ni me acuerdo cómo se llama ni creo que me importe. A su paso dejó el rastro viscoso de todas las seductoras. La crónica de ABC refería aquel pensamiento del cómico Jerry Seinfeld: "Un escote es como el Sol, mejor no mirarlos de frente o te puedes hacer daño". En cierta ocasión, Halle Berry trató de suicidarse inhalando monóxido de carbono en su automóvil. Su primer matrimonio se había ido al garete: no completó la maniobra, confiesa en una entrevista, porque en el último instante imaginó a su madre en el terrible momento de hallar su cuerpo fallecido. Ya le dijo Adofo Bioy Casares al argentino López que, tal vez, en el fondo la crueldad no sea sino pura falta de imaginación: no pensar en los demás.
Esta imagen que traigo hoy compone una felicitación de vacaciones tan buena como cualquier otra, y me sirve para cerciorarnos de lo lejos que están las modelos del modelo apetecible, así como anotar de nuevo la velocidad del ojo de las cámaras y sus manipuladores. Creo que se les puede llamar así, felizmente, y me explico... Mirando a Halle Berry con el cuerpo entornado y esa mirada juguetona, de benévola displicencia, uno pensaría que se quedó así cinco minutos para que todo el mundo tomara buena nota de lo bien que lucen los soles morenos. Pero no. El vídeo de Halle Berry ante la prensa española muestra que su voluptuosa comparecencia no duró más de 30 segundos; y que ese saludo final, como comprobará quien lo vea, fue apenas una leve inclinación velocísima en la que cabía poco más que una desacostumbrada cortesía. Pero a las cámaras digitales de hoy día, y a los supersónicos dedos de los fotógrafos, no les hace falta más para revelar el impulso último, el interior. La verdad. Lo dijo en un comentario por aquí José Miguel, fotógrafo reflexivo: "No hay casualidad en el acto fotográfico; vemos lo que queremos ver". Vista la escena completa, concluyo: la imagen es una maravilla, en todos los aspectos. Por cierto, la película se llama "Seduciendo a un extraño".
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Marlo -