En memoria de Andrés D'Alessandro
Voy a celebrar el partidazo del argentino el sábado con una semblanza que escribí en AS a su llegada al Zaragoza. Algo ditirámbica, puede ser, pero me interesa recuperarla porque invoca otro misterio sobre el que algunos con pocas cosas que hacer hemos reflexionado en los últimos tiempos: ¿Dónde quedó el D'Alessandro que jugaba como una pulga atómica en River Plate? Sergio López también analizaba el caso el pasado viernes, de forma algo profética, en Equipo. Su retrato de esta semana se llamaba así: Golpeando a las puertas del cielo. Lo podéis visitar en el enlace y os recibirá encantado, con la mayor cortesía. Mientras, dejo aquel panegírico que le hice a D'Alessandro en su día, un texto que venía a celebrar la memoria del jugador que fue Mandrake en su irrupción fulgurante en Argentina; y la esperanza de que repitiera esas cumbres en el Zaragoza. Las que rodeó frente al Barcelona, el sábado. Como veis, soy un ventajista. De todos modos, hace rato que Andrés está jugando muy bien. Y de paso podemos discutir si el Zaragoza debe quedárselo en propiedad o no...
El mago Mandrake
Al Chacho Coudet le divertía ver cómo lo hacía. Cómo pisaba la pelota, dejándola muerta un instante para mostrársela al rival. Luego la pisaba de vuelta y la ponía en la otra pierna. Después la repetía por el mismo procedimiento, en dirección opuesta. Enseñar, esconder, enseñar, esconder. Cierto día la hizo tres veces en un partido. Tres. Las televisiones repitieron la virguería hasta gastarla y el Chacho se fijó en la cara de los rivales: a todos se les ponía cara de bobos. De ahí surgió el nombre del personal regate: la boba. Empezaron a decirle Mandrake. Como a Trobbiani. Como al mago de cómic inventado por el viñetista Lee Falk en 1934. El prestidigitador Mandrake (atildado bigotito, cabello repeinado) hipnotizaba a los villanos. Andy D'Alessandro hipnotizaba con su ilusionismo atrevido de niño feroz. También a Maradona, el patrón argentino. Y a Pelé: "Es el mejor joven que he visto en Argentina", dijo cuando la sub-20 de Pekerman ganó el Mundial.
Como ocurrió con Messi, D'Alessandro hizo su carrera hacia el estrellato en dirección contraria. Había llegado a River a los 14 años desde el barrio. En la escuela secundaria repartía pizzas. En 1999 Pekerman lo llevó a una gira de las inferiores de Argentina por Inglaterra, y el West Ham se volvió loco: ofreció cuatro millones de dólares. River dijo sí. Luego dudó y cambió la mano. Pidió siete. Andy volvió a casa. Trayectoria inversa: el interés extranjero y el título mundial habían llegado antes que la Primera de River. Luego todo comenzó a ordenarse velozmente. Debutó el 28 de mayo de 2000. El primer gol se lo dio el Burrito Ortega en septiembre de 2001, frente a Estudiantes (3-0) y lo acabó de puntera, sin énfasis, para gritarlo abriendo brazos y palmas, como Tardelli en 1982. A los 21 era capitán de la Banda. Jugó tres años, hizo nueve goles y distinguió su figura en la profusa cantera argentina: cuerpo alargado, la cabeza pelada que le otorgaba cierta eminencia, como un subrayado. Velocidad, explosión, partida desde la izquierda y con la izquierda, y un misterioso sentido de los espacios. Algo de gol, pero sobre todo un fútbol sedoso, de instinto animal, constructivo, muy orgánico. Feliz.
Marcelo Bielsa lo puso 23 veces en la selección mayor. Ganó los Juegos de Atenas y fue subcampeón de la Copa América. Alguien lo confundió con Maradona, pero eso suele ocurrir. Entonces se lo llevó el Wolfsburgo y Mandrake perdió las referencias, los trucos y la niñez. Su entrenador era Klaus pata de mula Aughentaler, aquel alemán del Bayern que le pegaba a la pelota con rotundidad germana. Dos años y medio en un túnel. En enero pasado River lo quiso repatriar y lo inscribió, pero fue cedido al Portsmouth. Lo quería Harry Redknapp: lo había visto por primera vez en 1999, en la gira inglesa de una selección menor argentina. Entonces Redknapp dirigía al West Ham. Y aún seguía hipnotizado por lo que le vio hacer a Mandrake.
21 comentarios
aaa -
noelia -
Jeremy North -
Ya nos gustaría tener 28 millones de deuda sólo, ya...
marlo -
mornat -
marlo -
Per -
marlo -
mornat -
marlo -
mornat -
jcuartero -
Mario -
Jeremy North -
Ahora mismo cambiaba a pelo el mejor Cani por el mejor D´Alessandro, pero claro, para gustos están los colores.
Mario -
Marlo -
Mario -
Marlo -
Jorge -
Mario -
Marlo -