James is back
En el verano de 1997 regresé a Londres para pasar unos días. Había dejado la ciudad menos de dos años antes, y en esa breve estancia me sentí como un ridículo fantasma nostálgico. Algo así como ahora. A ratos salía solo a a caminar y me envolvía la tristeza, hasta que no podía más: entonces entraba en una cabina, marcaba el mismo número de los últimos tiempos y sollozaba por el teléfono, sintiéndome estúpido o innecesario. Los cristales siempre estaban empapelados con tarjetas que ofrecían a prostitutas de todas las razas. Los recuerdos se componen de escenas incoherentes como esa. En Londres yo había sido feliz de un modo improbable, pero me vi obligado a regresar a España: no tenía dinero ni para comprar un cd, me levantaba a las cinco y media de la mañana, repartía bandejas de desayuno por las habitaciones de un hotel, el director me despreciaba por ser español y algunas familias de dignatarios africanos me trataron a veces con la deferencia cruel con la que se trata a un esclavo, mientras otros ejercían el racismo inverso en grupos y con risotadas de dientes muy blancos. No les guardo rencor. Entre todos me hicieron feliz, hasta que perdí un trabajo detrás de otro, me acusaron de robar dinero de una caja registradora que no sabía utilizar y una empleada de Michael Caine me ofreció un empleó para preparar y servir cócteles diversos con una americana blanca y una pajarita negra. El sueldo era bueno; el público, educado; el horario, perfecto. Acepté de inmediato. Naturalmente, al día siguiente no fui.
Parece un infierno, pero no fue nada de eso. Lo pasé bomba. Cuando volví a Londres, todo seguía en su sitio: el hotel y sus personajes, el piso con casero nigeriano que abandonamos a la carrera, en Ridgeley Road, la cerveza, el curry, mis amigos y Gail, la preciosa londinense de ascendencia india a la que le concedí un baile muy tierno una noche en un bar de Brixton. Su novio bebía en la barra y yo bailaba con ella, en silencio. Cuando terminamos, simplemente me dijo: "Gracias". Todo estaba en su sitio en la ciudad, menos yo. Por eso la patética escena en las cabinas de teléfonos, que se repitió cada uno de los días que pasé allí. Luego tenía unas horas de calma, de melancolía serena que daba paso a la diversión, a veces excesiva: pintas, pizza, curries y música. En esos días conocí a James, la banda de Tim Booth y Jim Glennie. A mis amigos les debo muchas cosas y a algunos de ellos, además, les debo la música. Andy había comprado Laid, el excelente disco que James publicaron en 1993. Por las mañanas nos levantábamos, tarde, en casa de Sean en Maida Vale; dormíamos en el sofá, en el suelo, en una habitación que estaba como hundida en el piso, en una bañera que apenas funcionaba... Por las mañanas tomábamos té con leche para rejuvenecer y Andy ponía Sometimes y Laid en el ghetto blaster de Scrapiron. Las poníamos todas las mañanas. Yo no las llamaba por su nombre. Para mí se titulaban así: Cinco minutos de felicidad. El efecto revitalizante que tuvieron en mí sus guitarrazos aún perdura; cuando decaigo, cuando soy ese fantasma nostálgico de aquellos días, pongo Sometimes y Laid. Volvimos y me compré el disco. Lo ponía por las mañanas en mi casa y por las noches si había ocasión. Lo oyeron varias chicas, entre ellas la chica que me oía sollozar al otro lado del teléfono en esos días de verano en Londres, y que un día me preguntó: "¿Has pasado por nuestra casa?". "Sí". "¿Y cómo está?". "Igual...". James fue desde entonces uno de mis grupos favoritos. Cuando digo favoritos, digo los más queridos. En realidad, los había conocido de forma ocasional años antes, en una cinta que me grabó Pabs y en la que incluyó Johnny Yen, uno de sus enérgicos temas. Luego vino el episodio referido y, más tarde, todo lo demás: la devoción por un grupo de auténtico culto en Manchester y en Inglaterra, mucho menos populares en España que algunos contemporáneos suyos. Un grupo de música muy natural, alegre y reflexiva, con letras que se alejaban del abstracto dominante: James ponía la intención de un relato construido con frases figurativas, donde los demás acumulaban sugerentes brochazos o imágenes inconexas.
Se separaron hace seis años y como despedida dejaron un grandísimo Lp en directo en el Manchester Evening News Arena, y un dvd al que también recurro en las horas oscuras. Como éstas. Porque lo están siendo. Cuando esta mañana Joan me ha contado que James vuelven, que se reúnen para una gira este mes de abril por Inglaterra (y puede que después por Europa), he pensado en aquellas mañanas en Londres y en las felices coincidencias: James vuelven, como si vinieran otra vez a rescatarme. Con esa esperanza dejo la letra de Sometimes, una hermosísima canción. Y en los enlaces de más arriba podéis ver a James interpretándolas, con el vitalista Tim Booth (con pelo y sin él) al frente.
Sometimes (A veces)
There's a storm outside, and the gap between crack and thunder
Viene una tormenta, y el espacio entre el rayo y el trueno
Crack and thunder, is closing in, is closing in
el rayo y el trueno, se estrecha, se estrecha
The rain floods gutters, and makes a great sound on theconcrete
la lluvia inunda los sumideros y retumba contra el asfalto
On a flat roof, there's a boy leaning against the wall of rain
Sobre un tejado plano hay un niño que se apoya sobre el muro de lluvia
Aerial held high, calling "come on thunder, come on thunder"
con una antena en alto, grita: "Ven a mí, trueno, ven a mí!"
Sometimes, when I look deep in your eyes, I swear I can see your soul
A veces, cuando miro bien adentro de tus ojos, juraría que llego a verte el alma
Sometimes, when I look deep in your eyes, I swear I can see your soul
A veces, cuando miro bien adentro de tus ojos, juraría que llego a verte el alma
It's a monsoon, and the rain lifts lids off cars
Es un Monzón, y la lluvia arranca el tejado de los coches
Spinning buses like toys, stripping them to chrome
hace girar los autobuses como juguetes, y los reduce a chatarra
Across the bay, the waves are turning into something else
A través de la bahía, las olas se están convirtiendo en otra cosa
Picking up fishing boats and spewing them on the shore
Agarran los barcos de pesca y los escupen contra la costa
The boy is hit, lit up against the sky, like a sign, like a neonsign
El niño es golpeado, levantado contra el cielo, como un cartel, como un cartel de neón
And he crumples, drops into the gutter, legs twitching
hasta que se encoge, cae a una cloaca, con las piernas temblorosas
The flood swells his clothes and delivers him on, delivers him on
el agua hincha sus ropas... y lo arrastra, lo arrastra
Sometimes, when I look deep in your eyes, I swear I can see yoursoul
Sometimes, when I look deep in your eyes, I swear I can see yoursoul
There's four new colors in the rainbow
hay cuatro colores nuevos en el Arco Iris
An old man's taking polaroids
un anciano le saca fotos
But all he captures is endless rain, endless rain
pero lo único que captura es la interminable lluvia, lluvia que no para
He says listen, takes my head and puts my ear to his
Dice: "Escucha", toma mi cabeza y junta mi oído con el suyo
And I swear I can hear the sea
Y yo juraría que se oye el mar
Somtimes, when I look in your eyes I can see your soul
A veces, cuando miro tus ojos, te veo el alma
(I can reach your soul)
(Puedo tocar tu alma)
(I can touch your soul)
Sometimes
A veces
8 comentarios
Mornat -
Eloisa -
Mornat -
"Those who find the breath of sadness / sit down next to me
Those who find they're touched by madness / sit down next to me
Those who find themselves ridiculous / sit down next to me...
in love, in fear, in hate, in tears
in love, in fear, in hate, in tears
in love, in fear, in hate in tears
in love, in fear, in hate, in teeeeeeeeeeeearrrrrrrsssss".
"Los que sentís el aliento de la tristeza / sentaos conmigo
Los que advirtáis que estáis tocados por la locura / sentaos junto a mí
Los que os encontréis ridículos a vosotros mismos / sentaos conmigo
En el amor, en el temor, en el odio, en el llanto..."
(Sit Down, de James...
Un himno).
Marlo -
Jeremy North -
Andy -
Mario: mi copia de Laid ya no va, creo que es el único CD que realmente he gastado hasta la muerte. A veces los recuerdos necesitan un poco de alimentación. No mucho, solo un poco.
mornat -
match point -